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22 de noviembre de 2024

Sao Paulo esconde entre rascacielos el mayor cafetal urbano del mundo

Sao Paulo, 6 ago (EFE).- Sao Paulo, la ciudad más populosa de Latinoamérica, esconde entre sus plomizos rascacielos el mayor cafetal urbano del mundo, un plantación de 10.000 metros cuadrados que evoca los orígenes de la mayor metrópoli de Brasil.

Enclavado en el corazón de la capital paulista y a escasos metros del famoso parque Ibirapuera, 2.000 árboles de café irrumpen como un oasis verde en medio de la ciudad ante el desconocimiento de la mayoría de sus habitantes.

La plantación, rodeada por frondosos árboles, es responsable por la producción anual de 600 kilos de café de tipo arábigo, principalmente catuí y «mundo novo», los cuales son colectados entre finales de mayo y principio de junio.

Una vez recogidos, los granos son secados sobre una red, molidos y posteriormente donados a un fondo social solidario, según explica en una entrevista con Efe la ingeniera agrónoma Harumi Hojo, coordinadora del proyecto.

«La plantación ya sirvió para investigaciones y la propuesta hoy en día es la de producir un café de forma sostenible. A partir de este año realizaremos una renovación del cafetal, trayendo otros cafés para acompañar el comportamiento de otras variedades en las mismas condiciones», asegura Hojo.

VESTIGIOS DE UN PASADO CAFETERO

En pie desde 1950, el cafetal se encuentra ubicado en las instalaciones del casi centenario Instituto Biológico, el cual surgió a comienzos del siglo XX durante el apogeo del sector cafetero en el estado de Sao Paulo.

Entonces, cuenta Hojo, el parásito de la broca amenazaba las haciendas de la región y el Instituto, hoy dependiente del gobierno paulista, fue creado ante la necesidad de combatir la principal plaga del cultivo.

El cafetal es hoy uno de los pocos vestigios que quedan de la época dorado del grano en la capital paulista, adonde los «barones del café», como eran conocidos los ricos caficultores de la época, instalaron sus lujosas mansiones, a algunas decenas de kilómetros de las haciendas del interior.

Uno de esos últimos caserones que todavía sigue en pie lucha contra el deterioro en la céntrica Avenida Paulista, principal icono de la ciudad y por donde diariamente transitan miles de personas y coches.

Con 850 metros de área construida y 2.000 metros de terreno, el palacete de 1905 sobrevive en solitario en medio de una marea de inmensos edificios acristalados y tras años de abandono podría ser convertido en un museo gastronómico.

El café fue durante décadas sinónimo de progreso y riqueza en Sao Paulo, una villa que terminó desterrando a la antigua capital, Río de Janeiro, como mayor polo industrial del país. El cultivo fue también el gran responsable por la modernización, urbanización y desarrollo del que es hoy el estado más rico y poblado de Brasil.

Proveniente de Centroamérica en 1760, el grano fue la matriz económica de Brasil durante casi un siglo, entre mediados de XIX y mediados del siglo XX, y llegó a representar el 80 % de la exportaciones.

Pese al posterior declive y el auge de otros cultivos, como la soja, Brasil continúa siendo el mayor productor y exportador de grano del mundo y el segundo consumidor, tan solo por detrás de Estados Unidos.

«El desarrollo económico, social y cultural era financiado por el café. También lo fueron las grandes obras e infraestructuras, como las líneas de ferrocarril. Hasta el sistema financiero de Sao Paulo, que entonces era muy precario, surgió con los recursos del café», cuenta en una entrevista telefónica con Efe Marcos Matos, director del Consejo de los Exportadores de Café (Cecafé), la patronal del sector.

«El café era Brasil y Brasil era el café», sentencia.

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