São Paulo, 26 sep (EFE).- Los carteles de huelga y el cierre de aulas se propagan por la Universidad de São Paulo (USP), considerada la mejor de América Latina en varias clasificaciones, en protesta por la disminución del cuerpo docente y su falta de diversidad racial.
La Facultad de Derecho, la más prestigiosa de país, se unió este martes a la huelga iniciada la semana pasada por Filosofía y Letras para reclamar la contratación de nuevos profesores, preferiblemente mujeres y negros.
La universidad pública, con casi 100.000 estudiantes, tiene 876 profesores menos que en 2014, un déficit que la dirección asegura estar corrigiendo.
Por otra parte, en un país con el 56 % de población afrodescendiente, apenas 246 de los docentes actuales son negros o mestizos (un 4,4 % de los casi 5.600), según datos de la institución para 2022.
Este martes, por primera vez desde 2018, las grandes puertas de hierro del edificio neoclásico donde se ubica la Facultad de Derecho estaban atrancadas por dentro con un montón de pupitres y bancos.
Una hoja de papel pegada en la reja avisaba que el ingreso se hace por una puerta trasera.
«Usted representa a la Rectoría y nosotros estamos en un momento de ruptura. Por favor, quédese fuera», le decían en tono respetuoso pero firme los estudiantes a un guardia universitario que pide ingreso.
Dentro, un grupo estaba reunido para decidir las próximas acciones de la huelga; la programación para el día incluía una clase magistral sobre «la importancia de la huelga», una sesión de «slam» (poesía declamada en público) y otra de cine debate.
«La universidad viene sufriendo desde hace años un ataque privatizador que no promueve la contratación de profesores. Hay alumnos en el turno de la noche que no consiguen los créditos necesarios por falta de clases en oferta», explicó a EFE Francisco Villela, de 19 años.
Los salones de techos altos están decorados con retratos enmarcados en dorado del emperador Pedro II, de eminentes juristas con toga y de los decanos que han dirigido la facultad en sus casi 200 años de historia, entre ellos una única mujer y ningún negro.
«Necesitamos diversificar los rostros y las agendas», afirmó Villela, sobre el segundo gran reclamo de la huelga.
El actual decano, Celso Fernandes Campilongo, reconoció a EFE que la falta de diversidad es «vergonzosa», aunque apuntó que una norma aprobada este año dará bonificaciones a los afrodescendientes que se presenten a un puesto de profesor.
«Requiere tiempo, pero creo que a medio plazo puede surtir efecto», dijo.
Mientras, Villela se preparaba para pasar su segunda noche en la facultad y avisó: «Podemos estar años así; dependerá de la universidad».
Jon Martín Cullell