Ciudad de México, 24 abr (EFE).- El periodista Mario Maldonado ofrece en un nuevo libro una mirada cercana a la «traición» de Emilio Lozoya, exjefe de Petróleos Mexicanos (Pemex) y principal acusado en la trama de sobornos de Odebrecht en el país.
«Lozoya, el traidor» es un trabajo con entrevistas a amigos, familiares, funcionarios y el primer círculo del director de Pemex de 2012-2016, explica este sábado en entrevista con Efe el autor, quien advierte que es «el caso que pone en riesgo la cruzada anticorrupción de la 4T» o la Cuarta Transformación, como se conoce al actual Gobierno.
«Traté de describir mucho a este personaje que representa a una generación de políticos con estudios en el extranjero, muy bien preparados, con relaciones políticas, económicas y financieras alrededor del mundo que, sin embargo, le fallaron al país, cometieron la peor traición», expresa.
UNA HISTORIA DE TRAICIÓN
Maldonado fue uno de los últimos periodistas que entrevistaron a Lozoya en 2017, un año después de concluir su gestión en Pemex durante la Presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018) y uno antes de la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador.
Decidió hacer el libro tras la detención de Lozoya el 12 de febrero de 2020 en Málaga, España, y su posterior extradición del 17 de julio a México, donde está acusado de recibir 10,5 millones de dólares de Odebrecht para la campaña de Peña Nieto.
La «historia de traición» ocurre cuando Lozoya denuncia al expresidente y a Luis Videgaray, el exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores, para acogerse al criterio de oportunidad de la Fiscalía General de la República (FGR) y evitar la cárcel.
«Él acepta traicionar no solo a sus amigos, sino a 70 funcionarios. Eso es algo inédito en la política mexicana, que un exfuncionario político denuncie con lujo de detalles toda la trama de corrupción que se gestó en los últimos sexenios», menciona Maldonado.
Lozoya, considera, también lo hizo para «favorecer al actual Gobierno», al mencionar en su denuncia a expresidentes rivales de López Obrador, como Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Felipe Calderón (2006-2012).
También acusó a exsenadores del derechista Partido Acción Nacional (PAN) de recibir sobornos para votar la reforma energética de 2013 que abrió el sector a los privados, una de las medidas más cuestionadas por el actual presidente.
«Lozoya entra al juego de este Gobierno y a diestra y siniestra empieza a soltar nombres y traiciona a todo mundo», indica Maldonado.
EL JOVEN MARAVILLA
Más allá de lo conocido, Maldonado ofrece capítulos como «La cuna de oro», «La enemistad con Videgaray» y «Extorsiones y sueños presidenciales» que muestran a un hombre soberbio que se sentía superior a otros políticos por sus estudios y origen.
«Emilio Lozoya llegó a Pemex cuando tenía 37 años, era este joven brillante, un joven maravilla que podía llevar a Pemex realmente, ahora sí, al desarrollo y terminó siendo peor él y su generación que los políticos de antaño», detalla.
Al final, observa el autor, «Lozoya no cuidó ni a su familia» al recordar que su esposa Marielle Helene Eckes está acusada de cómplice, al igual que su hermana Gilda Susana y su madre, Gilda Austin, quien estuvo 100 días detenida tras su arresto en julio de 2019 en Alemania.
FALLIDA CRUZADA ANTICORRUPCIÓN
El periodista concluye con una advertencia sobre la politización del caso de Odebrecht en México, donde no hay ni una sentencia a diferencia de países como Brasil y Perú.
«Nos deja muy mal parados en términos de procuración de justicia, de realmente combatir la corrupción. El sexenio pasado fue uno de los más corruptos en la historia de México y en este también hay demasiada corrupción y además de todo una incapacidad para judicializar los casos», opina.
Hasta ahora, apunta, solo el exsenador Jorge Luis Lavalle, del PAN, ha estado en prisión, desde el 9 de abril, a dos meses de las elecciones legislativas del 6 de junio.
En tanto, el antiguo dueño de Altos Hornos de México (AHMSA), Alonso Ancira, quedó en libertad este lunes al aceptar pagar 216,6 millones de dólares por la venta fraudulenta de una planta chatarra de fertilizantes a Pemex, cuando Lozoya era director.
«Pudo haber sido un caso emblemático de cómo se combate la corrupción y se hace justicia en México del nuevo Gobierno, y fue todo lo contrario, un caso que politizó, se mediatizó, se utilizó a favor del Gobierno y eso puso en riesgo y en entredicho la cruzada anticorrupción», termina.