Moody’s recorta calificación de EE.UU. y eleva tensión en los mercados
El reciente recorte de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Moody’s, que eliminó su última calificación AAA, ha generado preocupaciones en los mercados financieros. Esta decisión llega en un contexto de creciente incertidumbre fiscal, con un déficit presupuestario que podría superar el 7% del PIB el próximo año y una deuda pública proyectada para alcanzar el 134% del PIB en 2035. Esto ha llevado a un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años, que superaron el 5%, marcando su nivel más alto desde octubre de 2023.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, minimizó el impacto del recorte, aunque esta posición contrasta con las señales del mercado, donde se observa una mayor aversión al riesgo y ventas de activos denominados en dólares. Las tensiones comerciales también resurgen, con Bessent advirtiendo sobre posibles aumentos arancelarios a socios comerciales que no actúen de «buena fe». Además, la aprobación preliminar del nuevo proyecto de recorte de impuestos de Trump, que podría sumar entre $3 y $5 billones a la deuda en la próxima década, agrava las preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal.
En paralelo, los datos recientes muestran que los inversores extranjeros, como China, están reduciendo sus tenencias de bonos del Tesoro, lo que podría aumentar la volatilidad en los mercados de renta fija. Mientras tanto, la economía china enfrenta desafíos, con debilidades en ventas minoristas y el sector inmobiliario, reflejando un crecimiento desigual que podría afectar la demanda global.
El club de los bonos soberanos «triple A» se ha reducido
El reciente recorte de calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Moody’s ha reducido aún más el grupo de países con la máxima calificación «AAA». Moody’s degradó la nota de Estados Unidos de «Aaa» a «Aa1», reflejando preocupaciones sobre el rápido crecimiento de la deuda pública, que actualmente supera los 36 billones de dólares, y los crecientes pagos de intereses, que alcanzaron 881.000 millones de dólares en el último año fiscal, más del triple de lo gastado en 2017. Esta decisión sigue a las rebajas previas de S&P en 2011 y Fitch en 2023, dejando a EE.UU. sin ninguna calificación «AAA» por primera vez desde 1941.
El impacto inmediato en los mercados ha sido moderado, con un ligero aumento en los rendimientos de los bonos a largo plazo, aunque los analistas no esperan un colapso significativo en los activos estadounidenses. Sin embargo, la pérdida del estatus AAA tiene un efecto simbólico y podría aumentar los costos de financiamiento a largo plazo para el gobierno estadounidense, especialmente en un contexto de altos déficits fiscales.
Actualmente, solo 11 países mantienen la máxima calificación en las tres principales agencias de crédito (Moody’s, S&P y Fitch), entre ellos Alemania, Suiza, Países Bajos, Canadá, Australia, Singapur y el pequeño principado de Liechtenstein, cuya economía representa menos del 0,1% del PIB global.
El BOJ seguirá subiendo los tipos si la economía se recupera del impacto de los aranceles, según su vicegobernador
El Banco de Japón (BOJ) mantiene su postura de aumentar las tasas de interés si la economía japonesa logra recuperarse del impacto esperado por los nuevos aranceles de Estados Unidos, según declaraciones de su vicegobernador, Shinichi Uchida. Aunque la inflación subyacente de Japón se mantiene cerca del objetivo del 2%, Uchida destacó que las perspectivas económicas son altamente inciertas debido a las tensiones comerciales globales.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Japón se contrajo en el primer trimestre de 2025, marcando su primera caída en un año, lo que resalta la fragilidad de su recuperación económica. Este retroceso se suma a las preocupaciones por el impacto negativo de las políticas comerciales del presidente Trump, que han obligado al BOJ a revisar a la baja sus proyecciones de crecimiento económico durante su reunión de política monetaria del 30 de abril al 1 de mayo.
El BOJ había elevado su tasa de referencia a 0,5% en enero, tras una década de política monetaria ultraexpansiva, y ha indicado que continuará con este enfoque si se mantienen las señales de una recuperación moderada y un crecimiento sostenido de los salarios. Sin embargo, las crecientes tensiones comerciales y la incertidumbre económica global podrían limitar su capacidad para seguir endureciendo su política monetaria en el corto plazo.