Tegucigalpa, 26 jul (EFE).- Productores de cacao de cuatro países de Centroamérica han dejado el monocultivo para sembrar este grano en sitios reforestados como parte de un proyecto piloto, lo que contribuyó a la captura de carbono y a un mejor manejo de los recursos hídricos y del suelo, así como a la protección de la biodiversidad, además de resultar en un aumento de la productividad, destacaron este miércoles los promotores de la acción.
Los resultados de la iniciativa Sistemas Agroforestales de Cacao en Centroamérica, implementado durante tres años en 48 parcelas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, ahora sirven de guía para el crecimiento del cultivo de cacao en la región, de acuerdo con la organización internacional Rikolto, que apoya esta práctica de desarrollo agrícola, y con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude).
«Los actores de la cadena de valor del cacao en Centroamérica y República Dominicana ahora cuentan con información validada para tomar decisiones», indicaron.
Este proyecto piloto forma parte del programa Gestión de Conocimiento de la Cadena de Valor del Cacao en Centroamérica, tenía como objetivo aumentar la competitividad e la inclusividad en la cadena de valor del cacao en Centroamérica, a través de la implementación de modelos productivos más rentables y resilientes para pequeños productores,
Así, la iniciativa, implementada por Rikolto y por la COSUDE, pudo generar «valiosa información sobre el establecimiento y transformación de parcelas de cacao bajo el enfoque de sistemas agroforestales».
En ese sentido, la coordinadora del proyecto, Ninoska Hurtado, explicó que el conocimiento obtenido “abre oportunidades para el sector, motivando la replicación y la expansión de estos sistemas en la región, además de impulsar el fortalecimiento de la cadena de valor del cacao».
AUMENTO EN PRODUCTIVIDAD, DIVERSIFICACIÓN Y RESILIENCIA
Pasar a cultivar el cacao en sitios reforestados y de forma diversificada, contribuyó no solo al medio ambiente y a los corredores biológicos, sino también al aumento de la productividad, según la sistematización del proyecto.
Teniendo en cuenta el análisis económico y los planes de manejo implementados en las parcelas piloto en alianza con socios empresariales -como Cacao Verapaz, Exportadora Atlantic S.A., Fundación Chocolats Halba, Proyecto PROCACAHO, Alianza Cacao El Salvador y CLUSA.-, se proyecta que, en el pico de producción, estas áreas podrán alcanzar entre 500 y 800 kilos de cacao por hectárea.
Por su parte, la jefa de la Cooperación de Suiza en Nicaragua, Irene Kranzlin, recordó que desde 2015 la Cosude ha apoyado a la cadena de valor de cacao en la región, para que sea “sostenible, respetuosa con el medioambiente y más rentable para productores y productoras».
«Las experiencias obtenidas en las parcelas de miles de productores a los que hemos acompañado todo este tiempo, son claves para que otros productores y productoras se convenzan, a partir de evidencias, de los beneficios que trae cultivar cacao en sistemas agroforestales, empezando por una mejora en la productividad de sus cultivos y por ende en sus ingresos económicos», subrayó.
LAS EXPERIENCIAS DE LOS PRODUCTORES
El líder productor guatemalteco, Sebastián Tiul, uno de los que participó en el proyecto, destacó el aumento de la producción en su parcela de cacao, «resultado de la implementación de prácticas como la poda, el manejo de sombra y la aplicación de fertilizantes orgánicos, entre otros».
Cuando comenzó con su parcela piloto, Tiul producía 14 quintales de cacao en baba mensuales. Después de tres ciclos de producción (2019-2022), su producción alcanzó los 35 quintales de cacao en baba, a pesar de los efectos devastadores de los huracanes Eta y Iota, que azotaron la región centroamericana en noviembre de 2020.
A su vez, el productor salvadoreño Wilber Escobar, desde su finca Santa Emilia, hizo hincapié en que el proceso es “autosostenible y rentable».
«Estamos sembrando para 30 años o más. Luego es sólo estar retirando las cosechas cada año”, explicó Escobar, quien agregó que la inversión será de cinco años.
El salvadoreño también resaltó que el retorno será de tres décadas, con un cultivo redituable y amigable con el medio ambiente.
La productora nicaragüense María Eufemia Woo, propietaria de la finca Tininiska, en Waslala, un municipio del Caribe norte, observó que «de cara al desastre que ocurrió con los huracanes (Eta y Iota), tener sistemas agroforestales de cacao ha sido una súper ventaja».
«Las barreras vivas que tengo con los árboles forestales y frutales frenaron el efecto del viento en el cacao y le sirvió de cortina para evitar los daños que se veían en otras parcelas», sostuvo.