fbpx
34 °C Asunción, PY
19 de mayo de 2025

¿Por qué Paraguay debe avanzar en el desarrollo de una política industrial?

Un estudio de la UIP y la OIT destaca la necesidad de una política industrial en Paraguay para cerrar brechas estructurales en productividad, formalización y diversificación económica. El documento propone una hoja de ruta para impulsar una política industrial técnica, progresiva y multisectorial, con enfoque en productividad, sostenibilidad e inclusión laboral.

En las últimas décadas, Paraguay registró un crecimiento económico sostenido y una notable estabilidad macroeconómica. Sin embargo, este dinamismo no condice con las necesidades que enfrenta el país para cerrar brechas estructurales en productividad, formalización, diversificación económica o generación de empleos de calidad. 

Es en este marco que el Centro de Estudios Económicos (CEE) de la UIP, presentó los resultados del estudio “Diseño de una hoja de ruta para una política de desarrollo industrial y trabajo decente”, elaborado con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según explicaron los representantes del CEE, durante la presentación del documento, la propuesta se basa en una estrategia estructurada para impulsar una política industrial técnica, progresiva y multisectorial, con enfoque en productividad, sostenibilidad e inclusión laboral.

IMPACTO DE LA MANUFACTURA

Algunos de los datos más relevantes del documento destacan que pese a que la industria manufacturera representa el 19% del PIB nacional y emplea al 10% de la fuerza laboral formal, su peso disminuyó. 

En ese sentido se destaca que las micro y pequeñas empresas (mipymes) representan el 97% del total, y el 83% del empleo está concentrado en este segmento, muchas veces con altos niveles de informalidad y baja productividad.

En contraste, Paraguay cuenta con alrededor de 46.600 empresas industriales, de las cuales el 62% corresponde al sector manufacturero y a pesar de ciertos avances en manufacturas de origen industrial como productos metálicos, químicos, plásticos y textiles, las exportaciones del país siguen dominadas por bienes primarios, y la transformación de la matriz productiva permanece pendiente.

En cuanto al plano social, el CEE asegura que todavía persisten desafíos estructurales a nivel nacional; atendiendo principalmente a que el 71% de la población se encuentra ocupada en sectores de baja productividad.

Al mismo tiempo se enfatiza que el capital humano sigue siendo un desafío dado que el 40% de la población ocupada tiene hasta nueve años de estudio, y el índice de capital humano del país está por debajo del promedio regional.

HOJA DE RUTA POLÍTICA INDUSTRIAL

De acuerdo con la hoja de ruta para el diseño de una política de desarrollo industrial y trabajo decente en Paraguay, el sector industrial manufacturero es el que presenta mayor productividad laboral en la economía paraguaya. 

Si bien, existe una estrecha relación entre la productividad de cada sector y la contribución social por ocupado, la industria manufacturera y el promedio total presentan una alta contribución social por ocupado. 

En ese sentido, la contribución social por trabajador al mes fue más elevada en el sector industrial, que se ubicó en casi G. 5 millones, mientras que las industrias manufactureras alcanzaron una contribución social por trabajador de G. 3 millones aproximadamente. 

Asimismo, se observa cierto vínculo entre la contribución social y la pobreza: la industria manufacturera es uno de los sectores con menor incidencia de pobreza (12%). Por otro lado, señala que el sector primario es el que presenta la mayor incidencia, llegando hasta 39% en 2024.

Sobre el punto, el CEE asegura que la industrialización es una vía efectiva para elevar el ingreso per cápita, mejorar la productividad y generar empleos formales. “Sin una política industrial clara, Paraguay experimenta una transición prematura hacia los servicios, omitiendo el desarrollo de una base manufacturera robusta”. 

“Una política industrial moderna permite revertir esa tendencia, guiando recursos hacia sectores de mayor valor agregado, estimulando la innovación y fortaleciendo los encadenamientos productivos”.

DESAFÍOS ESTRUCTURALES

El CEE identificó 10 desafíos estructurales que frenan el desarrollo industrial del país y la hoja de ruta propuesta busca abordar directamente seis de estos puntos.

1. Mejorar la infraestructura

2. Aprovechar mejor nuestra energía (mejorar eficiencia y aumentar oferta energética)

3. Agregar más valor a nuestras exportaciones

4. Usar más tecnología y aumentar la productividad

5. Acceso al financiamiento

6. Formar más trabajadores especializados

7. Eliminar barreras comerciales y reducir burocracia

8. Adaptarse a las demandas de sostenibilidad

9. Atraer grandes industrias tecnológicas

10. Fortalecer nuestras instituciones

A partir de la metodología internacional GIFF (Growth Identification and Facilitation Framework), el estudio analiza países que enfrentaron desafíos similares a Paraguay y lograron avanzar en su industrialización, como Croacia, Bulgaria, Costa Rica, Tailandia o República Dominicana.

Con base en sus experiencias y en las capacidades locales, se identifican cinco líneas de trabajo sectoriales relevantes para Paraguay:

– Agroindustria 2.0: escalar desde la producción de soja, arroz y carne hacia bioplásticos, balanceados, gelatina y proteínas vegetales.

– Industria de cables y componentes eléctricos: integrar a cadenas regionales para sectores como automoción, salud y energía.

– Manufactura liviana y electrónica básica: dispositivos médicos, circuitos, industria química-farmacéutica.

– Industrias metalúrgicas y electrointensivas: aluminio, baterías, hidrógeno verde y centros de datos, aprovechando la energía limpia nacional.

– Textiles funcionales: ropa técnica para salud, deportes, defensa e industria, con alto potencial para mipymes y empleabilidad femenina.

El estudio incluye una matriz de articulación productiva que traza rutas realistas para escalar productos existentes hacia industrias más complejas, a través de la combinación de sectores actuales como agroindustria, química, metalurgia y electrónica. 

Finalmente, el estudio concluye que Paraguay necesita una política industrial que trascienda los ciclos de gobierno y se convierta en una estrategia de Estado. No solo para crecer más, sino para crecer mejor: con más innovación, empleo decente, integración regional, sostenibilidad y desarrollo territorial.

Te puede interesar