Si bien espera que la gestión de la pandemia de COVID-19 siga tensionando a la economía por algunos trimestres más, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó que por primera vez desde que empezó la emergencia sanitaria hay esperanzas de un “futuro mejor”.
Esto, debido a que mejoraron las expectativas y disminuyó la incertidumbre, ante los anuncios de avances en las vacunas y los tratamientos. Además, reconoce que gracias a una acción sin precedentes de los gobiernos y los bancos centrales, la actividad global se ha recuperado rápidamente en muchos sectores.
Sin embargo, advierte que el camino todavía es “desafiante” y en coincidencia con las segundas olas de contagio de COVID-19 que se produjeron en los países avanzados, corrigió de 5% a 4,2% su estimación de crecimiento económico mundial 2021, desde el pronunciamiento de setiembre pasado.
De esta manera, pronostica que el producto interno bruto (PIB) mundial retornará a los niveles pre-pandemia hacia finales del año que viene y en el 2022 se continuará con una expansión de 3,7%, luego de una caída de -4,2% que se espera para el 2020.
“A la espera de que se distribuyan ampliamente vacunas eficaces o que se produzca algún avance importante en los tratamientos, que esperemos suceda en 2021 para la mayoría, la gestión de la pandemia seguirá tensionando la economía. La actividad económica continuará con menos interacciones cara a cara y fronteras parcialmente cerradas durante algunos trimestres más”, sostiene Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, en el informe de Perspectivas Económicas presentado este martes.
Agrega que las economías en desarrollo o emergentes, donde el turismo es importante, seguirán viendo deteriorar su situación y requerirán más ayuda internacional. Por su parte, las políticas económicas deberán seguir sustentando la actividad con fuerza, más ahora que se vislumbra el final de la crisis sanitaria, asevera.
En este sentido, se recomienda que las economías se sigan endeudando, atendiendo a que las tasas de interés siguen bajas, pero teniendo cuenta también los riesgos que ello implica.
Considera que la proyección actual para la economía mundial tiene riesgos tanto al alza como a la baja. Campañas de vacunación eficientes y una mejor cooperación entre países podrían acelerar la distribución de la vacuna en todo el mundo, lo que constituye el escenario optimista.
Por su parte, la confianza se vería afectada si la distribución de la vacuna o los efectos secundarios resultaran decepcionantes. En este escenario pesimista, el impacto en la economía podría ser grave, lo que a su vez aumentaría el riesgo de crisis financieras para deudas soberanas y empresas frágiles, con efectos secundarios globales.
“El resurgimiento actual del virus en muchos lugares nos recuerda que los gobiernos pueden verse obligados nuevamente a endurecer las restricciones a la actividad económica, especialmente si la distribución de vacunas efectivas avanza lentamente”, recalcó Boone.