El precio internacional de la soja en el tablero de Chicago ya alcanzó esta semana el nivel de los USD 601 por tonelada. Esto representa un crecimiento del 95% con respecto a mayo del año pasado, cuando el valor de esta materia prima se ubicaba en los USD 307 por tonelada.
De esta manera, las exportaciones de la oleaginosa permitirán un importante ingreso de divisas para el país.
Al ser consultado sobre los motivos de este fenómeno, el economista Rubén Ramírez Lezcano consideró que la tendencia alcista de los precios de las materias primas -y no solo de la soja- continuará al menos por un tiempo más.
Esto se debe a que existe actualmente una gran demanda desde países como China, Estados Unidos y los de la Eurozona, que ya han avanzado con sus procesos de inmunización.
“La tendencia es al alza. Hay tres elementos clave, el primero de ellos es que los países demandantes de estos productos ya alcanzaron un nivel de inmunización que les permite volver a abrir sus actividades económicas, me refiero a la Unión Europea, Estados Unidos y China; por lo tanto, hay una demanda que se incrementa”, explicó.
Por otra parte, apuntó que hay una caída de la producción en los principales oferentes por factores climáticos y en especial de Estados Unidos por su producción para consumo interno, lo que genera también una caída en la oferta al margen de una demanda que no para de crecer en el mundo.
“Cuando hay mayor actividad económica todos los commodities empiezan a subir y la gente empieza a consumir en esos países, la tendencia es el incremento del petróleo y de los commodities agropecuarios y energéticos”, agregó.
Fue claro al decir que los precios pueden subir todavía más, porque tanto el desempeño económico como el crecimiento en el mundo desarrollado empujan mucho. Destacó que también se empiezan a flexibilizar las restricciones, lo que abre la actividad económica y estimula el consumo.
Además, recordó que estos países tienen muchos mecanismos de estímulo fiscal y financiero ante la demanda que se va generando, por lo que en la medida que la inmunización de la población avance, la economía y el consumo no tendrán muchos inconvenientes para volver a activarse.