La reducción de ingresos fue el principal problema que generó la pandemia del nuevo coronavirus a las familias paraguayas.
El 68,5% de los hogares en el país reportó que al menos un miembro sufrió pérdida de ingresos entre abril y junio del corriente año – los meses de confinamiento más estricto que se impuso a la población para frenar la propagación del virus –, según la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) COVID-19 efectuada por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) en el segundo trimestre del 2020.
Este resultado demuestra cuán intenso fue el deterioro de las condiciones laborales, pues las personas pasaron a ganar menos dinero por el trabajo que realizaron durante los meses de análisis. No obstante, la cantidad de personas que quedaron fuera del mercado laboral también es elevada: de los hogares encuestados por la DGEEC, el 37,8% informó que perdió su trabajo o fuente de ingresos.
El siguiente flagelo que afectó significativamente a la población nacional fueron las dificultades para cumplir con las deudas, los créditos y los alquileres, con una incidencia de 41,8%. Los inconvenientes para conseguir trabajo o iniciar un negocio, por su parte, afectó al 35,8% de las familias consultadas.
Otra medida que sufrió el mercado laboral durante la pandemia fue la suspensión del trabajo sin pago, que impactó en el 27,7% de los hogares. En el terreno emocional y afectivo, el 26,4% de los encuestados se sintió solo o abandonado, mientras que el 14,7% atravesó por problemas para conseguir alimentos o productos de limpieza – ya sea por escasez del producto o carencia monetaria, explica la DGEEC –.
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El 5,6% reportó alguna otra dificultad y el 2,7% tuvo conflictos familiares o de pareja.
La DGEEC encuestó a un total de 1.873.122 hogares, para el presente análisis. “Con el objetivo de contar con información oportuna sobre los efectos de las medidas adoptadas por el gobierno para la contención de la pandemia de COVID-19, en las condiciones de vida de los hogares paraguayos, la DGEEC incorporó a la Encuesta Permanente de Hogares una pregunta de percepción sobre diferentes situaciones que pudieron experimentar los hogares”, explica la entidad.
¿Qué le espera a la economía? A criterio de Alberto Acosta Garbarino, presidente de la fundación Desarrollo en Democracia (Dende), hay sectores en el país que no van a recuperarse en el corto ni en el mediano plazo, y advierte que estos “ya están condenados a morir o a hacer otra cosa”. Este panorama desalentador corresponde a rubros como los servicios, algunas ramas comerciales, el turismo y la organización de eventos de concentración masiva, entre otros.
Para comprender cómo está marchando la actividad con la gradual reapertura que dispuso el avance de las fases de la “cuarentena inteligente”, Acosta Garbarino considera que hay que dividir a la producción nacional por zonas y por sectores.
Reconoce que las regiones muy vinculadas con el comercio de reexportación están muy golpeadas; en el caso de Salto del Guairá, una ciudad que recuerda fue construida para vender productos a los brasileros, “todo está mal, se está cerrando la ciudad prácticamente y no tiene futuro esa actividad”. Se refiere a Ciudad del Este como un distrito que atraviesa por el mismo problema, pero particularmente en la zona cercana al Puente de la Amistad – la zona turística de comercio con Brasil –.
“Pero (Ciudad del Este) también es la capital de la agricultura paraguaya, ahí están las empresas agrícolas más grandes de Paraguay y ese sector está bien; por otro lado, Ciudad del Este ya es una capital importante que tiene una actividad interna muy grande, no está todo mal Ciudad del Este como Salto del Guairá”, agrega.
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