El proyecto de Presupuesto General de la Nación – PGN 2023 que había presentado el Ministerio de Hacienda fue de G. 102,59 billones (USD 14.454 millones)s. El Congreso Nacional introdujo modificaciones por USD 30 millones que en su totalidad irán a gastos corrientes, es decir, a pagos y aumentos de salarios de funcionarios públicos, y finalmente sancionó un plan de gastos que asciende a G. 105,36 billones (USD 14.844 millones).
“En el Congreso aprobaron estas modificaciones porque esperan que la recaudación tributaria crezca y pueda cubrir dichos costos, pero en caso de que no sea así, esos USD 30 millones representarán un costo adicional que tendrá que ser cubierto de alguna manera”, criticó el ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, durante la presentación de las Perspectivas Económicas 2023.
Asimismo, indicó que se cuenta con la opción de todavía poder disminuir estos costos mediante un veto parcial del documento, pero que esto no podría eliminar la totalidad del aumento que introdujo el Congreso.
“Este aumento, al no tener fuente de financiamiento, tendremos que sacar de otros rubros que se verán afectados, entre estos pueden ser compra de medicamentos, obras, educación. Vamos a evaluar todas las herramientas que dispone el Poder Ejecutivo, veremos si podemos mitigar el impacto que pueda tener este presupuesto y luego tenemos la otra opción, que ya es la del veto parcial, pero el veto total tenemos que descartar porque el PGN de este año es muy distinto al del 2023, las necesidades van a ser muy diferentes”, argumentó Llamosas.
Desde el Poder Ejecutivo lo que harán es evaluar si a través del veto parcial pueden mitigar o eliminar algunos aumentos que se dieron en el Congreso, pero eso recién lo definirán una vez que tengan a la vista toda la estructura presupuestaria de manera de poder tomar esa decisión, según precisó el Ministerio de Hacienda, en un comunicado.
“Vamos a hacer el análisis que corresponda y obviamente la decisión que se tome o proponga al Presidente será la que genere menor impacto, ya sea en la ejecución del año que viene como el impacto en el 2024, pero partiendo de que hay algunas situaciones que ya no vamos a poder eliminar y que los impactos se van a ver hacia adelante”, puntualizó.
Llamosas agregó que el impacto real se vería recién en el 2024, donde los costos se duplicarán cuando haya que realizar las reasignaciones al año siguiente, y destacó que si uno evalúa el interior del Presupuesto, se dará cuenta de que hubo muchas reasignaciones, principalmente de gastos de capital a gastos corrientes.
“Por un lado, ya están los gastos corrientes aumentados que van a permanecer, que en algunos casos hay que multiplicar por dos, tres o seis, dependiendo de las decisiones que se tomaron en torno a los aumentos salariales, a creaciones de cargos, etc. Y, por otro lado, hay que reponer los recursos que corresponden al Ministerio de Obras Públicas, de donde principalmente fueron reasignados (los recursos), y a otros sectores que sufrieron disminuciones”, aseveró.
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Algunos puntos de alerta que señala Hacienda
En cuanto a los elementos de riesgo que se introdujeron al PGN 2023, se destacan el aumento artificial en la estimación de ingresos por G. 184.000 millones, destinado principalmente a sostener gastos rígidos; y la creación de 1.340 nuevos cargos en distintas dependencias del Estado (Universidad Nacional de Asunción, Fiscalía, Corte Suprema de Justicia, Contraloría General de la República, entre otros) .
A esto se suman las nivelaciones, los aumentos salariales y más bonificaciones en algunos sectores (UNA, Ministerio de Salud Pública, Ministerio del Ambiente, Corte Suprema, Contraloría, Fiscalía, entre otros).
El impacto global del mayor gasto salarial, según la versión aprobada, estaría en torno a los USD 30 millones, pero para el año 2024 sería mucho mayor.
“La calidad del gasto público es y seguirá siendo el principal desafío que tiene el Paraguay para seguir manteniendo la confianza y su nivel macroeconómico estable”, advirtió Wlliam Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, también durante la presentación de las perspectivas económicas para Paraguay.
Al respecto, el informe de Hacienda detalla que de cada G.100, G. 63 son destinados a pagos de salarios, recursos que provienen de los ingresos tributarios.
La dinámica de los ingresos tributarios durante el 2022 es positiva, ya que presenta un crecimiento del 12,8%, esto a pesar de que el Fisco haya decidido reducir la tasa del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) para la importación de combustible con el objetivo de mitigar el impacto de este producto a la inflación local.
En este sentido, Llamosas explicó que estos ingresos logran atenuar el impacto de otros ingresos no tributarios. Entre ellos mencionó al impacto climático que afectó a las binacionales, pues al contar con menor caudal hídrico, no lograron producir el mismo volumen de energía eléctrica, lo que se repercutió en menores ingresos al tesoro.
Año Fiscal
El ministro de Hacienda aseguró que la cartera de Estado logrará cerrar el mes de diciembre con un déficit de 0,8%; con lo cual alcanzará la tasa de 3% de déficit fiscal respecto al Producto Interno Bruto (PIB) fijado como meta para este año.
Asimismo, ratificó que recién en el año 2024, la administración central logrará retornar al déficit de 1,5% establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal.
El 2022 continúa como otro periodo de crisis que complica a la economía del país. Llamosas recordó que, durante el 2019, el tope de déficit fiscal ya fue modificado a causa de la sequía, mientras que en 2020 se vio el incremento más grande debido a la deuda de USD 1.600 millones que se debió contraer para hacer frente a la pandemia de COVID-19, dando prioridad a salud y educación, obras públicas, así como a programa sociales. En ese entonces, el déficit fiscal llegó a 6,1% del PIB.
Dicho impacto recién se vería disipado en el año 2024, mediante un plan de convergencia fiscal que inició el año pasado. El 2022 cerraría con una diferencia de gastos frente a ingresos que representará el 3% del PIB, mientras que en el 2023 será de 2,3%.
Llamosas reconoció que el 2022 fue un año completamente distinto a lo que habían proyectado al cierre del 2021, pues se presentaron shocks que golpearon a los principales motores de la economía. Es por ello que tuvieron que destinar recursos para una reactivación económica, sin descuidar el desafío de mantener un equilibrio fiscal para el cierre del año.
El ministro explicó que las perspectivas sobre el crecimiento económico y la inflación son indicadores claves para la construcción del Presupuesto General de la Nación (PGN), y que lastimosamente se dieron números distintos este año a lo que se proyectaba, lo que generó complejidad a la hora de administrar el Presupuesto por parte del Ministerio de Hacienda. La proyección de crecimiento económico para el 2022 inicialmente era de 4%, pero se redujo a 0,2% debido a los efectos de la sequía y el conflicto bélico Rusia-Ucrania.
“Pese a esta situación complicada, los ingresos tributarios tendrán una dinámica conforme a lo previsto en el Presupuesto actual: estimamos cerrar con un aumento en torno al 13%. Para el año que viene también vemos una perspectiva de crecimiento de los ingresos tributarios de 9%”, señaló el titular del fisco.
Por el lado del gasto, el ministro Llamosas mencionó que también se pudieron mantener los niveles de crecimiento de los componentes del gasto, en línea con lo que se vino observando en los últimos años. “Al mes de noviembre tuvimos un crecimiento de los gastos de 8%, explicado por tres grandes sectores, por un lado, las remuneraciones con la contratación del personal de blanco en el marco de la pandemia; el aumento del gasto en prestaciones sociales, y el pago de los intereses por el endeudamiento al que se recurrió para hacer frente a las necesidades por la pandemia”, indicó.
Sobre ese punto, el ministro de Hacienda afirmó que, a pesar de toda esta coyuntura, se sigue haciendo todo el esfuerzo para contener el crecimiento de los gastos corrientes, más allá de todas estas cuestiones.
