El modelo Mundell-Flemming describe cómo los cambios en política monetaria y fiscal afectan a las tasas de interés y a la actividad económica, que a su vez explica la dirección y magnitud de los flujos de capital y los tipos de cambio. El modelo se enfoca en la demanda agregada, por lo que asume que cambios en la producción no afectarán el nivel general de los precios.
Los argumentos macroeconómicos estándar implican que las políticas monetarias y fiscales expansivas aumentan la demanda y la producción agregadas.
La política monetaria expansiva afecta el crecimiento, en parte, reduciendo los tipos de interés y aumentando así el gasto en inversión y consumo.
La política fiscal expansiva aumenta el gasto, ya sea directamente o mediante impuestos más bajos; y por lo tanto, la producción a corto y medio plazo. Al mismo tiempo, la política fiscal expansiva normalmente ejerce una presión al alza sobre los tipos de interés, ya que es necesario financiar mayores déficits presupuestarios.
Basado en nuestro modelo de tipo de cambio y los movimientos de tipos de interés que se inducen, deberíamos esperar política monetaria expansiva para generar salidas de capital y, por lo tanto, presiones a la baja sobre los tipo de cambio, mientras que la política fiscal expansiva debería conducir a entradas de capital y un aumento sobre la presión alcista en el tipo de cambio.
Este es, de hecho, el mecanismo clave incorporado en el Mundell–Modelo Fleming.
Política monetaria expansiva
• Con tipos de cambio flexibles: La presión a la baja sobre las tasas de interés locales inducirá que el capital fluya hacia los mercados de mayor rendimiento, ejerciendo presión a la baja sobre la moneda. Cuanto más sensibles sean los flujos de capital a los diferenciales de tipos de interés, mayor será la depreciación de la moneda. La depreciación de la moneda aumentará exportaciones, reforzando el impacto en la demanda agregada de la política monetaria expansiva.
• Con tipos de cambio fijos: Para evitar la depreciación del tipo de cambio, la autoridad tendrá que comprar su propia moneda a cambio de otras monedas en el mercado de divisas. Hacerlo endurecerá las condiciones crediticias internas y contrarrestará los efectos de la política monetaria expansiva. En el caso extremo, la política monetaria expansiva será completamente ineficaz si el banco central se ve obligado a compensar por completo la expansión inicial de la oferta monetaria y permitir que la tasa de interés vuelva a subir a su nivel inicial.
Política fiscal expansiva
• Con tipos de cambio flexibles: Una política fiscal expansiva tenderá a ejercer una presión sobre las tasas de interés internas, lo que a su vez inducirá una entrada de capital desde mercados con menor rendimiento, presionando al alza la moneda nacional. Los flujos de capital son muy sensibles a los diferenciales de tipos de interés; entonces, la moneda nacional tiende a apreciarse sustancialmente. Sin embargo, si los flujos de capital son muy insensibles a los diferenciales de los tipos de intereses, la moneda tenderá a depreciarse en lugar de apreciarse a medida que el aumento de la demanda agregada inducido por las políticas empeore la balanza comercial.
• Con tipos de cambio fijos: Para evitar la apreciación de la moneda nacional, la autoridad monetaria tendrá que vender su propia moneda en el mercado de divisas. Esta expansión de la oferta monetaria interna reforzará el impacto de la política fiscal expansiva en la demanda agregada.