Paraguay escaló 21 posiciones en el ranking global del Índice de Libertad Económica del 2024, elaborado por la Fundación Heritage, tras mejoras en la salud fiscal, la libertad laboral y la estabilidad monetaria. Con un puntaje de 65,2, el país se consolidó como “moderadamente libre”, superando el promedio mundial y regional, aunque todavía rezagado frente a países como Chile, Perú y Colombia, que mantienen indicadores más sólidos en algunos pilares.
El economista Fernando Escobar, miembro del consejo del Instituto de Desarrollo de Pensamiento Patria Soñada, explicó que este repunte responde principalmente a la reducción del déficit fiscal y podría sostenerse con la convergencia proyectada para el próximo año. Sin embargo, advirtió que el Estado de derecho sigue siendo el pilar más débil, con falencias persistentes en derechos de propiedad, entre otros.
La economía paraguaya se mantuvo en la categoría de “moderadamente libre” durante más de una década, según el Índice de Libertad Económica elaborado por la Fundación Heritage y analizado por el Instituto de Desarrollo de Pensamiento Patria Soñada (IDPPS).
Si bien, a lo largo de este periodo registró altibajos: el crecimiento se desaceleró en 2017 y 2018, repuntó en 2019, sufrió una fuerte contracción en 2020, volvió a crecer en 2021, cayó nuevamente en 2022 y 2023, y finalmente mostró una recuperación significativa en 2024.
En el periodo de 2023/2024, la libertad económica de Paraguay se encuentra en 65,2 entre otros 182 países. Este puntaje ubica a Paraguay como moderadamente libre, ya que factores como el componente de estado de derecho, fue el segmento que arrastra hacia el puntaje total, entre ellos, la seguridad jurídica.
El informe de 2024 marca la primera vez en diez años que Paraguay experimenta un avance importante en su nivel de libertad económica. Históricamente, el país se mantuvo por encima del promedio mundial, del promedio de las Américas y del promedio sudamericano, pero en este último reporte la brecha a su favor se amplió de manera considerable.
Con un puntaje de 65,2, equivalente a una mejora de 5,1 puntos respecto al año anterior, el país se consolidó en la categoría de “moderadamente libre” y escaló 21 posiciones en el ranking global, pasando del puesto 80 al 59 entre 176 economías evaluadas.
MEJORA EN SALUD FISCAL Y LABORAL
Segun el informe, el repunte se explica principalmente por la mejora en tres componentes: la salud fiscal, que aumentó 32,9 puntos gracias a la reducción del déficit; la libertad laboral, que subió 8,4 puntos por una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo; y la libertad monetaria, que creció 7,3 puntos como resultado de la baja inflación y la estabilidad de precios. Estas variaciones fueron decisivas para la mejora general del país en el índice, aunque se advierte que todavía persisten debilidades estructurales.
CAÍDA EN ESTADO DERECHO
El desglose de los cuatro pilares del índice muestra contrastes importantes. En el área de Estado de derecho, Paraguay sigue rezagado. Los derechos de propiedad se encuentran debilitados, la eficiencia judicial continúa baja al igual que la integridad gubernamental está muy por debajo del promedio mundial, lo que refleja la fuerte percepción de corrupción.
El tamaño del gobierno mostró mejoras, especialmente en la salud fiscal, mientras que en eficiencia regulatoria se registraron avances notables gracias a la mayor estabilidad monetaria y laboral. La apertura de mercados, en tanto, se mantiene relativamente sólida, aunque con espacio para optimizar el entorno de inversiones y el sistema financiero.
En el plano regional, Paraguay se ubica por encima del promedio mundial y sudamericano, superando a países como Brasil y Argentina, pero aún por debajo de Chile, Perú y Colombia. Los especialistas consultados coinciden en que el país logró sostener un desempeño macroeconómico favorable, aunque su principal reto sigue siendo la consolidación del Estado de derecho.
En conversación con MarketData, el economista Fernando Escobar, miembro del consejo directivo del Instituto de Desarrollo de Pensamiento Patria Soñada (IDPPS), explicó que el repunte de Paraguay en el Índice de Libertad Económica se sustentó principalmente en la salud fiscal, impulsada por la reducción gradual de los déficits y con perspectivas de mejora adicional gracias a la planificación de la convergencia fiscal prevista para el próximo año. Señaló que este resultado ya había sido anticipado, dado que responde a una dinámica de carácter matemático.
Escobar advirtió, sin embargo, que el Estado de derecho sigue siendo el pilar más preocupante. Este componente, que abarca derechos de propiedad, eficacia judicial e integridad gubernamental, no mostró avances en los últimos años y, a su criterio, resulta crucial porque incide de manera transversal en el fortalecimiento de los demás pilares del índice. Subrayó que aún queda un largo camino por recorrer en este ámbito, así como en otros frentes críticos como la elevada informalidad.
El economista destacó que discutir sobre libertad económica es positivo porque permite identificar debilidades y plantear propuestas de políticas públicas. Comparó este índice con la calificación de riesgo país, aunque remarcó que el primero ofrece una visión más amplia al incluir factores institucionales y regulatorios clave para la construcción de políticas efectivas.
En ese sentido, afirmó que los avances en libertad económica constituyen un camino que debe sostenerse, ya que los inversionistas internacionales no solo consideran la calificación de riesgo, sino también indicadores como el elaborado por la Fundación Heritage. A su juicio, los componentes del índice resultan determinantes tanto para los análisis de prefactibilidad de inversiones como para la ciudadanía, que necesita información clara para formar opinión y exigir a sus autoridades las mejoras que el país requiere.
Por su parte, Jorge Schriner, economista y también miembro del IDPPS, destacó la importancia de la estabilidad monetaria y fiscal en la percepción de los mercados, pero advirtió que “la persistencia de la corrupción y la debilidad judicial frenan el avance en el índice”. A su criterio, el fortalecimiento de la seguridad jurídica es lo que finalmente puede garantizar mayor confianza a los inversionistas.
De esta manera, el avance registrado por Paraguay en 2024 constituye una señal positiva, pero al mismo tiempo pone en evidencia los desafíos estructurales que deben enfrentarse para sostener la mejora. La reforma judicial, el combate a la corrupción, la formalización de la economía y la simplificación regulatoria aparecen como prioridades clave para que el país no solo mantenga su posición en el ranking, sino que pueda aspirar a ingresar en el grupo de economías catalogadas como “mayormente libres”.