El presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), José Cantero, se refiere en esta oportunidad a los proyectos de digitalización y conexión con el mercado de capitales local, específicamente en lo que respecta a la importancia del desarrollo de las oportunidades de inversión en el país.
– ¿Qué tan importante es para el desarrollo del país y sus capacidades que vaya creciendo el mercado de acciones y, en general, los productos de inversión a renta variable?
Naturalmente, el desarrollo del mercado de capitales es muy necesario para la competitividad de la economía: es conveniente para los inversores o los poseedores de exceso de recursos, como también es fundamental para las unidades productivas con proyectos de inversión de largo alcance. Si bien el ámbito de acción del Banco Central del Paraguay es amplio, no comprende la regulación o supervisión de este segmento del sistema financiero; pero creo que la estabilidad monetaria y la estabilidad del conjunto de las instituciones de intermediación financiera –bancos y financieras– es la mejor contribución que puede hacer el Banco Central para el fomento de la economía y el desarrollo del mercado de valores. Nuestra contribución, en este sentido, es indirecta, pero importante.
– El Banco Central tiene un proyecto de digitalización de los Certificados de Depósito de Ahorro (CDAs) ¿Cómo contribuirá este proyecto al desarrollo del mercado?
Correcto. Además del proyecto de SIPAP (Sistema de Pagos del Paraguay) 24×7 y del proyecto de ley de inclusión financiera, también tenemos el proyecto del CDA digital. Estas tres iniciativas están orientadas a transformar el proceso de digitalización de la economía.
El proyecto de CDA digital es de suma importancia para el BCP, especialmente porque que el mismo mejorará la infraestructura de mercado, además de proveer de mayor liquidez a los CDA. El compromiso del Banco Central del Paraguay es realizar una inversión para custodiar, compensar y liquidar los CDA digitalizados. Nos parece muy conveniente participar en una mesa con todos los sectores involucrados para definir roles y criterios. Pero, la custodia debe estar en el Banco Central porque entendemos que la confianza es vital para que la digitalización tome velocidad. Creo que es importante valorar toda la trayectoria y robustez que tiene el Banco Central en este ámbito.
– ¿Cómo ve los esfuerzos de los actores del mercado de valores en el mejoramiento de la infraestructura y el trabajo en conjunto con el BCP para optimizar el ecosistema de inversiones?
Creo que todos los agentes económicos vemos con buenos ojos la orientación de contar con una caja de custodia de valores privada para transacciones de títulos bursátiles, tanto de renta variable como fija. Es muy importante iniciar ese camino, invertir en tecnología de punta, blindarlo para que sea un sistema riguroso. En fin, construir confianza por medio de estas plataformas es un proceso que se debe iniciar.
El hecho de que el Banco Central ya haya hecho camino, en la custodia de títulos de deuda pública, así como eventualmente de los CDA digitalizados, es un aporte importante que brinda soporte y profundidad a las operaciones en el mercado secundario. Eventualmente, cuando el sector privado cuente con terreno recorrido, deberíamos volver a sentarnos para redefinir roles.
– En ese proceso de mirar, como dijo, esta década que inicia, ¿cómo considera que el país debe fijar sus metas y objetivos de crecimiento? ¿Cuánto podemos exigirnos como nación?
Si hacemos una ecuación, podríamos concluir que la variable más rentable, al menos en el corto plazo, es la atracción de inversión extranjera, en especial aquellas con los siguientes atributos: contenido tecnológico mediano-alto, que genera mano de obra, que se engancha al resto de la economía y que orienta sus productos a los mercados internacionales. Es demasiado importante incorporar nuevas turbinas de crecimiento en nuestra economía.
La turbina más importante a mediano y largo plazo, indiscutiblemente, es el cerebro. No necesitamos de programas como una computadora por niño, sino más bien un cerebro por niño. Los programas académicos pueden quedar obsoletos, pero una mente racional y creativa nunca encuentra límites.
– ¿Alguna reflexión para finalizar esta entrevista?
Quizás dos reflexiones. La primera es que debemos hacer de esta década un proyecto país.
La segunda, tenemos que aprender mucho de nuestros hermanos menonitas.
