Es bien sabido que la brecha de ingresos entre ricos y pobres se mantiene constante en nuestro país.
Esto queda claro en el último informe proveído por el Instituto Nacional de Estadística (INE), donde incluso se observa que la desigualdad de ingresos en Paraguay ha aumentado en 5,1% en el 2022, en comparación con 2021, ubicando el índice Gini en 0,453.
Además, este nivel también es mayor en 3,7% al del año 2020, periodo de pandemia.
Es importante mencionar que el coeficiente de Gini mide la concentración de distribución de ingresos de la población, utilizando la escala de 0 a 1, donde 0 representa la máxima igualdad en la distribución de los ingresos dentro de la población, es decir, que todos los habitantes del país tengan un nivel de ingresos similar; mientras que el valor 1 representaría la máxima desigualdad de ingresos entre los ciudadanos.
Si bien en el 2022 este índice aumentó más del 5% respecto al año anterior, es importante mencionar que esta cifra se da luego de tener una tendencia a la baja por cuatro años consecutivos, ya que desde el 2018 en adelante se ve una tendencia a la baja.
Asimismo, se puede ver en los datos del INE que ni durante la época de la pandemia se registró un aumento de la desigualdad de ingresos, ya que en el 2020 este cayó 4,6%, respecto al 2019, quedando en 0,437, según el índice Gini.
Igualmente, en el 2021 se vio un descenso del 1,37%, respecto al año anterior, situándose este índice en el 0,431.
La economista Martha Coronel explica que este incremento que se da nuevamente en la desigualdad de ingresos se debe a diversos factores y señaló que uno de los que incidieron de manera directa fue el mal año económico que se tuvo en el 2022, que ocasionó que los ingresos de las personas se redujeran en términos reales, lo que se traduce en la pérdida del poder adquisitivo.
El segundo factor que resaltó Coronel sería la culminación de los programas sociales que se encontraban ayudando a sostener el golpe que se tuvo con la pandemia de COVID-19
“La terminación de los programas, más el mal año agrícola, fueron duros golpes. Lo que ocurre es que los ingresos reales de la gente, de las personas que se resienten, tienen menor capacidad de comprar bienes y eso limita sus oportunidades, por tanto, esta diferencia se traduce en una desigualdad de oportunidades”, señaló Coronel.
Desigualdad por área de residencia
En cuanto a la desigualdad de ingresos por área de residencia, según el INE, en la zona rural del país se ve una mayor diferenciación, ya que pasó de un índice de Gini de 0,426, en el 2021, a 0,475, en el 2022, es decir que tuvo un incremento de 11,5%.
Por su parte, en el área urbana, el índice de Gini se situó en 0,423, aumentando 2,4% interanual.
De acuerdo con Coronel, esto se debe al golpe que se tuvo en el sector agrícola el año pasado, con la caída de las cosechas, debido a las sequía que azotó a finales del 2021 y afectó de sobremanera a la producción.
“En realidad, el factor que habrá primado en el campo fue justamente la baja producción por causa de la sequía, no necesariamente los programas sociales, ya que el programa social específicamente estuvo más orientado a los trabajadores informales de áreas urbanas, más que de las rurales”, especificó la economista.
Desigualdad de ingresos
En cuanto a la diferencia monetaria, la consultora Mentu, en su boletín “Pulso Financiero” resalta que el 51,3% de los ingresos totales producidos en el país se concentran en el 20% de la población más rica, mientras que el 20% más pobre percibe el 4,8%, es decir que en el país existe una desigualdad de ingresos enorme.
En este punto, Martha Coronel explica que, en la actualidad el decil, que implica el 10%, más rico, recibe en promedio más de G. 6 millones, mientras que el más pobre tiene un ingreso mensual de G. 724.000, mientras que los que se encuentran en extrema pobreza perciben alrededor de G. 302.900.
Por último, Coronel resaltó que el no tener oportunidades de una buena formación, como también de herramientas, imposibilita que una persona pueda mejorar su ingreso. Asimismo, expresó que en esto tienen que ver mucho la sociedad y el Estado, ya que debería de acompañar los procesos de mejora.
