Las acciones de Wall Street retrocedieron este viernes en medio de una ola de ventas que golpeó especialmente al sector tecnológico, el mismo que había liderado el repunte tras la crisis de abril. El retroceso se dio a pesar de que los últimos datos de inflación apenas modificaron las expectativas del mercado respecto a los recortes de tasas de la Reserva Federal. Bonos y dólar, por su parte, mostraron solo leves fluctuaciones, según Bloomberg.
La presión sobre el grupo más influyente del S&P 500 llevó al índice a retroceder desde su récord alcanzado tras un sólido agosto. El Nasdaq 100 cayó un 1,2%, marcando la peor performance entre los principales índices, mientras que el Dow Jones perdió un 0,2% y el MSCI mundial retrocedió un 0,5%. El propio S&P 500 cerró con una baja del 0,6%, a las 16:00 en Nueva York.
Los analistas recuerdan que septiembre suele ser el mes más débil para las acciones estadounidenses. En este período, los inversores institucionales suelen reequilibrar sus carteras, los operadores minoristas reducen sus compras y la volatilidad tiende a repuntar. Si bien los factores macroeconómicos siguen siendo los principales determinantes de la dirección del mercado, estas dinámicas estacionales pueden amplificar los movimientos provocados por los datos económicos o las señales de política monetaria.
En cuanto a la economía real, el gasto del consumidor en Estados Unidos mostró en julio su mayor incremento en cuatro meses, reflejando una demanda resiliente pese a la persistencia de la inflación. Este dato se suma a la expectativa por el informe de empleo que se publicará la próxima semana, considerado clave para definir el ritmo de los recortes de tasas que la Fed podría implementar hacia fin de año.
En el frente de la renta fija, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años avanzó dos puntos básicos, hasta el 4,22%. Los bonos alemanes a 10 años subieron tres puntos básicos, hasta el 2,72%, mientras que los británicos aumentaron dos puntos básicos, situándose en 4,72%.