Las condiciones climáticas adversas y los efectos de la pandemia de COVID-19 están generando dificultades a la producción aceitera del país.
La cantidad de granos procesados por las industrias aceiteras paraguayas presenta una disminución de -7,5% de enero a julio de este año, en comparación con el mismo periodo del 2019, según el último boletín mensual difundido por la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). Esta reducción representa unas 160.000 toneladas de granos.
El volumen total de granos industrializados al mes de julio del 2020 fue de 1.972.170 toneladas, que según el informe, representa una disminución de -11% frente al promedio de las toneladas procesadas en los últimos tres años.
“Luego de dos meses con leves mejoras en la comparación interanual de la molienda, el mes de julio volvió a significar una reducción importante, ya que las 306.250 toneladas del mes representan el menor volumen desde el 2012, agudizando la caída en el total para el año”, menciona el gremio.
La soja sigue siendo la principal materia prima de las industrias aceiteras. Al séptimo mes del 2020, la oleaginosa representó el 99% (1.953.705 toneladas) del volumen total de granos procesados entre enero y julio de este año (1.972.170 toneladas).
La mencionada caída en la molienda obedece al retraso de la cosecha que ocasionó escasez de materia prima, sostiene la Cappro. Asimismo, considera como otro factor el bajón del nivel de los ríos, que limitó la posibilidad de navegación para dar salida a lo procesado. A esto se suman los nuevos protocolos sanitarios aplicados tras la aparición de la COVID-19 en Paraguay, como por ejemplo, la reducción del plantel de funcionarios hasta en un 50%.