Las acciones se desplomaron en todo el mundo como consecuencia de que los inversores se apresuraron en buscar activos refugio ante la expansión de la variante Delta del COVID-19, considerada altamente peligrosa, según informó Bloomberg.
Esta situación tiende a desalentar la recuperación económica, al momento que la tensión política y comercial entre Estados Unidos y China se volvió a intensificar, como ocurrió en el 2019, agregó el medio especializado.
En este contexto, las empresas cíclicas -como las dependientes de materias primas- pasaron por su peor momento este lunes en la Bolsa de Valores.
Las empresas industriales y financieras lideraron las pérdidas, según el indicador S&P 500, que a su vez fue el que más cayó con respecto a los últimos dos meses.
Por su parte, el Promedio Industrial Dow Jones tuvo su mayor caída desde octubre, mientras que las pequeñas capitalizaciones extendieron un desliz de casi el 10% con respecto al pico de marzo, continúa relatando Bloomberg.
Además, observa que luego de caer recientemente a niveles pre pandémicos, el Índice de Volatilidad Cboe se disparó, denotando el mal día que tuvo la renta variable en el mercado.
De esta manera, con el sentimiento de riesgo expandiéndose por el mundo, las tasas de bonos del Tesoro a largo plazo -considerados como títulos más seguros de resguardo-, se dispararon este lunes a su nivel más bajo desde febrero, denotando su gran nivel de demanda con una curva de rendimiento más plana.
“Los rendimientos a diez años cayeron hasta 12 puntos básicos hasta llegar apenas a un 1,17%. El dólar subió junto con el yen y el franco suizo. A pesar del clásico comercio de seguridad, el oro retrocedió. El petróleo se hundió después de que los países de la OPEP acordaron impulsar el suministro hasta 2022”, informó el portal de Bloomberg, este lunes.
