Puja matinal: El dólar sigue cayendo
Los mercados financieros globales cerraron la semana con señales mixtas, marcadas por la persistente preocupación fiscal en Estados Unidos, la debilidad del dólar y revisiones al alza en el desempeño económico de Europa. A pesar de cierta estabilización en los mercados de bonos y acciones tras la aprobación del paquete fiscal de Donald Trump en la Cámara de Representantes, el dólar continuó debilitándose frente a las principales divisas. La libra esterlina alcanzó su nivel más alto en tres años, impulsada por sólidos datos de ventas minoristas en el Reino Unido y un tono más restrictivo del Banco de Inglaterra que podría retrasar eventuales recortes de tasas.
El proyecto de ley fiscal de Trump, que propone un aumento de hasta 3,8 billones de dólares en la deuda nacional a lo largo de la próxima década, obtuvo apenas una mayoría mínima en la Cámara y ahora enfrenta posibles modificaciones en el Senado. La incertidumbre sobre su aprobación definitiva mantiene elevada la presión sobre los bonos soberanos de EE.UU., con los rendimientos a 30 años por encima del 5%. El deterioro fiscal también se refleja en los mercados de divisas: el índice DXY del dólar cayó a mínimos de dos semanas, mientras que activos alternativos como Bitcoin alcanzaron nuevos máximos históricos ante el debilitamiento de la moneda estadounidense.
Desde la política monetaria, el gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, sostuvo que si los aranceles se estabilizan hacia julio, podría haber espacio para iniciar recortes de tasas en la segunda mitad del año. Sin embargo, el peso de los intereses sobre la deuda federal continúa creciendo: en 2023 representaron uno de cada ocho dólares gastados por el gobierno, y se espera que lleguen a uno de cada seis en la próxima década, impulsados por el envejecimiento de la población y mayores costos en salud y pensiones.
El dólar bajo presión y todas las miradas puestas en los bonos del Tesoro ante la ansiedad fiscal en EE.UU.
La economía alemana registró un crecimiento del 0,4% en el primer trimestre de 2025 frente al trimestre anterior, duplicando la estimación inicial del 0,2%, según datos revisados por la oficina de estadística.
Este repunte, impulsado principalmente por un fuerte desempeño en las exportaciones y la producción manufacturera, fue atribuido al adelanto de pedidos por parte de importadores estadounidenses ante los aranceles anunciados por EE.UU. A pesar de que Alemania había registrado una contracción del 0,2% en el último trimestre de 2024 —lo que avivó temores de recesión—, esta expansión la ubica por encima del promedio de crecimiento de la zona euro (0,3%) y representa su mejor desempeño desde el tercer trimestre de 2022.
El comercio exterior y el consumo privado fueron los motores principales del crecimiento. Las exportaciones aumentaron un 3,2% y el consumo de los hogares subió un 0,5%, mientras que la inversión creció un 0,9%. En contraste, el gasto público cayó un 0,3%, afectado por la ausencia de un presupuesto formal tras la disolución del gobierno anterior en noviembre de 2024. Actualmente, Alemania opera con un presupuesto provisional.
Economistas como Carsten Brzeski (ING) y Cyrus de la Rubia (Hamburg Commercial Bank) reconocen que parte del impulso puede ser temporal, por el efecto anticipado de los aranceles. Sin embargo, también destacan señales positivas a futuro, como la mejora en el ciclo de inventarios y el aumento de los salarios reales, que podrían sostener la recuperación del consumo. A largo plazo, se espera que el fondo de infraestructura de 500.000 millones de euros aprobado en marzo juegue un papel clave en sostener el crecimiento.
El dólar bajo presión y todas las miradas puestas en los bonos del Tesoro ante la ansiedad fiscal en EE.UU.
Los mercados globales finalizaron la semana con señales mixtas, en un contexto dominado por la creciente preocupación sobre la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos. El dólar registró su primera caída semanal en cinco semanas, afectado por la reciente degradación crediticia por parte de Moody’s y la aprobación en la Cámara de Representantes del ambicioso plan de recortes fiscales y aumento del gasto impulsado por el presidente Donald Trump. A pesar del impulso de corto plazo que este paquete podría significar para las ganancias corporativas, los mercados están atentos al impacto que tendrá sobre el crecimiento de la deuda, que ya supera los 36 billones de dólares.
El rendimiento del bono del Tesoro a 30 años se mantiene por encima del 5%, tras haber alcanzado máximos de 19 meses. La volatilidad en este tramo largo de la curva preocupa a los inversores, dado su efecto multiplicador sobre otras clases de activos, desde divisas hasta acciones. En este contexto, las estrategias de inversión tienden hacia una postura neutral y diversificada.
En los mercados globales de renta fija, los rendimientos de los bonos alemanes (Bunds) también continuaron su senda ascendente por quinta semana consecutiva, siguiendo el movimiento de los bonos estadounidenses, a pesar de que el mercado espera que el Banco Central Europeo reduzca su tasa de depósito a 1,75% para fin de año. En Japón, los rendimientos de los bonos a 30 años retrocedieron levemente, aunque siguen cerca de máximos históricos, impulsados por la inflación subyacente que en abril alcanzó 3,5%, su mayor aumento anual en más de dos años, elevando las expectativas de un nuevo ajuste de tasas por parte del Banco de Japón.
Fuente de las noticias internacionales: Reuters