Subasta matutina: el dólar, el oro y los rendimientos a largo plazo se disparan
Los mercados arrancaron septiembre con un repunte de volatilidad: subieron el dólar, los rendimientos de bonos de largo plazo y el oro—que marcó un máximo histórico—mientras las bolsas retrocedieron. El movimiento careció de un detonante único, pero confluyeron preocupaciones por deuda pública, precios del petróleo, aranceles y la independencia de la Fed en una semana cargada de datos laborales en EE. UU.
En Europa, el epicentro fue el mercado de bonos: el rendimiento del OAT francés a 30 años tocó máximos de más de 16 años en medio del riesgo de caída del gobierno de Bayrou por el presupuesto; en Reino Unido, los 30 años alcanzaron niveles no vistos desde 1998 y la libra cayó más de 1%. En EE. UU., el tramo largo volvió a acercarse al 5% y la curva 2–30 años se empinó a máximos de casi cuatro años.
El oro superó los 3.500 $/oz con un avance de 33% en el año por temores de inflación de largo plazo y sostenibilidad de deuda, algo inusual al coincidir con la fortaleza del dólar, que ganó frente a euro, libra, yen y yuan ante expectativas sobre nóminas, PMI manufactureros y un nowcast de PIB cercano a 3,5% para el 3T.
Las acciones globales cayeron: los futuros del S&P 500 retrocedieron ~0,5% tras la toma de utilidades en tecnología el viernes. Persisten las dudas legales sobre los “aranceles recíprocos” de Trump, y en Europa pesó la salida del CEO de Nestlé. En geopolítica, Xi reunió a Putin y Kim en Pekín, mientras que Asia mostró mayor demanda de crudo por parte de China e India.
El oro alcanza un máximo histórico por encima de los 3500 dólares ante las perspectivas de recorte de tipos en EE. UU.
El oro alcanzó un nuevo récord histórico al superar los 3.500 dólares por onza el martes, impulsado por las crecientes expectativas de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés este mes. El spot gold llegó a un máximo intradía de 3.508,50 dólares antes de retroceder levemente a 3.480,57 dólares, mientras que los futuros para diciembre subieron 0,9% a 3.549 dólares. En lo que va del año, el metal acumula una ganancia del 32%, tras haber escalado 27% en 2024.
El repunte responde a varios factores: la mayor probabilidad (90%) de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión del 17 de septiembre, según el CME FedWatch; las compras sostenidas de bancos centrales como parte de la diversificación frente al dólar; y la demanda de refugio ante la incertidumbre geopolítica y comercial. Analistas señalan que, en un entorno de tasas bajas, el oro mantiene ventajas frente a activos que rinden intereses.
El oro rompió la barrera de los 3.000 dólares en marzo de este año, y ha acumulado múltiples máximos en 2025, respaldado además por la debilidad del dólar y por la presión de las políticas arancelarias de la administración Trump, que han elevado la percepción de riesgo global. Inversores esperan ahora los datos de empleo en EE.UU. para definir la magnitud del próximo recorte de tasas.
El SPDR Gold Trust, mayor ETF respaldado en oro, informó que sus tenencias crecieron 1,01% hasta 977,68 toneladas, el nivel más alto desde agosto de 2022, reflejo del apetito inversor.
La libra esterlina y los bonos del Estado británico se enfrentan a una nueva presión vendedora con la atención puesta en las finanzas del Reino Unido
Los mercados británicos enfrentaron fuerte presión el martes, con los rendimientos de los bonos a 30 años (gilts) trepando a 5,697%, su nivel más alto desde 1998, mientras la libra esterlina cayó más de 1,1% frente al dólar y 0,5% frente al euro, convirtiéndose en la divisa del G10 con peor desempeño. La venta masiva de deuda reflejó la creciente preocupación de los inversores por la sostenibilidad fiscal del Reino Unido en un contexto de elevado endeudamiento, bajo crecimiento y la inflación más alta del G7.
La situación se agravó tras la reestructuración del gabinete del primer ministro Keir Starmer. El traslado del viceministro de Finanzas Darren Jones a Downing Street y el nombramiento de la exsubgobernadora del Banco de Inglaterra, Minouche Shafik, como asesora económica generaron dudas sobre el liderazgo de la ministra Rachel Reeves y acentuaron la incertidumbre en torno al presupuesto de otoño, previsto para noviembre. Esto mantiene el riesgo de eventuales aumentos de impuestos que podrían desalentar inversión y consumo.
En paralelo, el Banco de Inglaterra enfrenta expectativas cambiantes. Santander proyecta ahora que mantendrá la tasa en 4% hasta fines de 2026, descartando recortes el próximo año. Según analistas, la libra seguirá vulnerable a riesgos fiscales y al deterioro de la confianza mientras se acerque la discusión presupuestaria.
No obstante, hubo un dato positivo: el Tesoro británico logró colocar un récord de 14.000 millones de libras en bonos a 10 años, con una demanda superior a 140.000 millones, mostrando que el apetito por deuda británica persiste pese a las tensiones.
Fuente de las noticias internacionales: Reuters