La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) cumplió 17 años de fundación y lo celebró con una charla magistral. Estuvieron presentes expertos internacionales de la talla de Benjamin Boroughs, el agregado agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) responsable de Argentina, Uruguay y Paraguay.
En la ocasión, la gerente general de la Cappro, Sandra Noguera, durante su ponencia indicó que el grupo tiene por misión “impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en coordinación con el sector público, fomentando el crecimiento de la producción agrícola e industrial, generando mayores ingresos de divisas y más puestos de trabajo, con responsabilidad social y medioambiental”.
Igualmente, recordó que actualmente la Cappro está conformada por diez empresas industriales que procesan oleaginosas para la obtención de harina, cascarilla de soja, y aceite crudo y refinado.
Haciendo un recuento de lo que fue la evolución del sector agroindustrial en nuestro país, Noguera señaló que el mayor flujo de inversión extranjera directa se produjo en el 2013, que posibilitó el aumento de la capacidad de procesamiento de los granos.
Indicó que si bien se vio un repunte de la producción hasta el 2015, esta se vio interrumpida por los cambios de reglas que no permitieron una consolidación del sector y restringieron nuevas inversiones.
“Dejando de lado el registro del 2022, marcado por la menor producción a causa de la sequía, el porcentaje de la soja nacional procesada en el país muestra una tendencia de caída clara, lo que llevó incluso a la reducción de la capacidad de procesamiento», expresó Noguera.
En este sentido, comentó que existen aún varios desafíos por superar para “devolver a la industria aceitera al camino de la consolidación y desarrollo que se esperaba con las inversiones”.
Impacto económico del sector
En este sentido, Noguera comentó que estas empresas generan alrededor de 8.800 puestos de trabajos, de los cuales 2.200 son de forma directa y aproximadamente 6.600, de manera indirecta.
Asimismo, resaltó que los productos industrializados a partir de la soja generan un flujo de ingreso de divisas por exportación más estable que la exportación en estado natural. En este punto, explicó que los ingresos de divisas se concentran en los primeros meses del año, periodo en el cual se realizan las cosechas; posteriormente, se ve una caída.
Sin embargo, la titular del gremio señaló que esta reducción no ocurre con los productos industrializados, ya que aquí se mantienen constantes. “La exportación de productos industrializados puede generar mayores ingresos”, aseveró.
“Considerando la estimación de cosecha para este año, los rindes industriales y los precios promedio de los diferentes productos, la exportación de productos industrializados podría generar alrededor de USD 600 millones más a la economía nacional”, indicó Noguera.
Por último, mencionó que aunque Paraguay se encuentra entre los principales productores de soja del mundo, las diferencias en términos de volumen con las potencias son muy importantes. Asimismo, somos el país con menos capacidad para procesar, en proporción a su producción, advirtió.
“Aunque en el ranking mundial Paraguay ocupa habitualmente el sexto puesto entre los principales productores y tercero entre los exportadores del mundo, solo ocupa el décimo lugar en cuanto a procesamiento”, expresó.