El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, a través del Observatorio Laboral, socializó el reporte técnico sobre verificaciones laborales del programa “Hambre Cero”, una de las políticas públicas de mayor envergadura impulsada por el Gobierno Nacional.
El programa tiene el objetivo de garantizar una alimentación escolar universal, equitativa y sostenida en el tiempo, como herramienta para la inclusión social, la permanencia escolar y la mejora del rendimiento académico.
Sin embargo, la implementación del programa Hambre Cero no se limita a la provisión alimentaria en términos logísticos y nutricionales, sino que considera también las condiciones laborales en las que se desarrolla dicho servicio.
Según el Ministerio de Trabajo, las verificaciones se realizaron exclusivamente en centros educativos vinculados a contratos cuya administración corresponde al Ministerio de Desarrollo Social (MDS), abarcando a 8 empresas adjudicatarias.
PRINCIPALES RESULTADOS
Los principales resultados obtenidos durante la primera etapa muestran que el 94,1% de las personas entrevistadas fueron mujeres, lo que evidencia una clara feminización del empleo en el ámbito de la alimentación escolar.
Sobre el punto, se destaca que esta tendencia está estrechamente vinculada al tipo de tareas desempeñadas, como cocina, limpieza y manipulación de alimentos, que “históricamente han estado feminizadas en el mundo laboral”.
Este dato refuerza la necesidad de desarrollar acciones que incorporen el enfoque de género, promuevan condiciones de trabajo dignas y aseguren la cobertura de derechos laborales y previsionales.
Por su parte, lo relacionado al acceso a la seguridad social para los trabajadores del programa Hambre Cero, a través del registro al Instituto de Previsión Social (IPS), los datos relevaron que el 80,4% de las personas consultadas cuenta con cobertura de IPS, mientras que el 18,1% declaró no estar inscripta.
Asimismo, el 95,5% de las personas indicó haber firmado un contrato de trabajo, mientras que el 3,9% declaró no haberlo hecho y el 0,5% no respondió. De los 966 trabajadores entrevistados, 923 manifestaron haber firmado un contrato de trabajo.
Sin embargo, al ser consultados durante el proceso de verificación sobre el acceso a una copia del contrato, se constató que aproximadamente el 69,4% de ellos no la había recibido.
En relación con la documentación del pago de salarios, el 59,1% de los trabajadores del programa Hambre Cero firmó un recibo de sueldo, mientras que el 38,8% manifestó no hacerlo.
Si bien la creciente bancarización de los pagos -que actualmente alcanza aproximadamente al 85% de los casos- reduce la práctica de firmar recibos físicos, la normativa vigente establece que sigue siendo responsabilidad del empleador emitir y hacer firmar este documento.
SALARIO
El Ministerio de Trabajo resalta además que, considerando que 188 de los 966 trabajadores declararon realizar horas extras, solo el 20,2% de quienes trabajaron por encima de la jornada ordinaria recibieron una remuneración, mientras que el 76,6% no la percibió.
En cuanto a la distribución del salario por hora, se observó una fuerte concentración en el rango de G. 13.000 a 14.000 por hora, que representa el 45% del total, correspondiente en su mayoría a contratos bajo la modalidad de tiempo parcial.
No obstante, destaca el hecho de que la mitad de los trabajadores (50%) percibe un salario por hora inferior a G. 13.000, lo que indica que un número considerable de personas se encuentra por debajo del umbral del salario mínimo horario vigente.
Por otro lado, solo un 5% de los trabajadores declaró percibir salarios por hora superiores a G. 14.000, reflejando una baja presencia de niveles salariales por encima del mínimo entre los entrevistados.
Esta distribución revela una estructura salarial fuertemente concentrada en valores cercanos al mínimo legal y con un alto porcentaje por debajo de este, lo que refuerza la necesidad de revisar y fortalecer los mecanismos de control en torno al cumplimiento de las condiciones salariales establecidas.