La pandemia de COVID-19 deja al Ministerio de Hacienda un saldo de fuerte incremento de gastos y caída de ingresos. Si bien los resultados terminaron siendo mejores de lo que se estimó inicialmente, el Fisco cierra el capítulo 2020 con el desafío de empezar a recomponer sus cuentas desde el 2021
El último informe de Situación Financiera de la Administración Central (SITUFIN) expone que los ingresos fiscales totalizaron G. 32,2 billones en el 2020, con una reducción de 4,2% respecto a los G. 33,3 billones que se lograron recaudar en el 2019.
Los gastos, por su parte, ascendieron a G. 38,5 billones y crecieron en 15,5% desde los G. 33,3 billones que constituyeron los egresos del año pasado.
En este contexto de importante inyección de dinero que efectuó el Estado para contener los efectos de la emergencia sanitaria, se destaca el elevado nivel al que llegaron las inversiones públicas.
El ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, informó que este componente del gasto representó el 3,6% del producto interno bruto (PIB) en el 2020, una cifra récord gracias a la cual sostuvo que se ayudó a reforzar la recuperación económica.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) fue el principal canal de ejecución de la inversión pública, por un total de USD 1.006 millones. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue el principal financiador, con una participación de 46%, y le sigue el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), con 14%. La modalidad de llave en mano incidió en 11%; los bonos soberanos, en 8%; el FONACIDE, en 4%; y otros, en 17%.
Por su parte, las prestaciones sociales experimentaron un incremento de 58,8% y los intereses aumentaron en 30,2%; mientras que el uso de bienes y servicios se expandió en 10,8% y la remuneración de empleados, en 6,6%. En los rubros con reducción se encuentran las donaciones (-3,6%) y otros gastos (-2,6%).
Llamosas recalcó que la pandemia impulsó a fortalecer e incrementar los programas sociales, como medida de apoyo tanto al sector formal como informal.
En este sentido, explicó que el programa de Adultos Mayores tuvo un aumento de 13,1% en comparación con el 2019, con erogaciones que llegaron a los G. 1,3 billones; Tekoporä, a su vez, creció en 2,4% y desembolsó G. 409.000 millones.
Los programas creados con la emergencia sanitaria cerraron en G. 2,2 billones para Pytyvö y Pytyvö 2.0, y Ñangareko supuso la inyección de G. 165.000 millones.
Aumento del déficit
El déficit fiscal (más gastos que ingresos en las cuentas del Estado) representa así el 6,2% del PIB, al cierre del 2020. Esta cifra es inferior al 7,3% en que se estimó inicialmente alcanzaría el desequilibrio fiscal, pero duplica al nivel de 2,8% al que había llegado en el 2019
La composición del déficit fiscal está explicada en mayor medida por la contención de la emergencia por COVID-19, ya que estos gastos representan el 2,9% del total de 6,2% mencionado previamente; por su parte, la reactivación económica significó el 1,8%. Estos cometidos llevaron a superar el déficit de 1,5% hasta el cual permite incurrir la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) en años económicos sin sobresaltos.
El ministro de Hacienda ratificó el compromiso de iniciar el camino a la convergencia a la LRF en el 2021, con un déficit que se posicionará en 4% del PIB.
El plan es avanzar gradualmente hasta el retorno al déficit de 1,5% en el 2024, pero Llamosas no descartó que esto se pueda lograr inclusive antes, si se generan condiciones más favorables para la economía paraguaya.
Reconoció que el año que viene todavía persistirá la incertidumbre en el mercado y advirtió que para mantener el ritmo de inversiones, se necesitará en mayor medida del sector privado.
