Con mayoría opositora, el Congreso de Perú resolvió que el 28 de mazo se debatirá el pedido de destitución contra el presidente Pedro Castillo. Con 76 votos a favor, 41 en contra y una abstención. Este pedido de debate sería la oportunidad del titular del Ejecutivo para defenderse del pedido de destitución por incapacidad moral.
En este contexto, el país se enfrentará a 2 semanas de incertidumbre política lo que desacelera la expectativa de crecimiento país, también presenta un riesgo para la calificación del país. Esas pueden ser las reacciones del mercado ante las tensiones políticas.
Esto es ya un síntoma de gobierno debilitado, tal como lo define Fitch Ratings a la situación del Perú. La continua inestabilidad política y la parálisis de las políticas públicas son un constante desafío de gobernabilidad. Esto afecta las perspectivas de inversión que se tiene, inestabilidad es nunca buena señal para los inversores a la hora de continuar una inversión o realizar una nueva, más aún que el problema político sea por la cabeza, el presidente.
La posible destitución está respaldada por un listado de razones, entre ellas 3 investigaciones de corrupción contra el mandatario, una acusación de lavado de activos en donde el presidente recibe dinero a cambio de obras públicas a grupos criminales, ascensos policiales y militares y hasta la acusación directa de una empresaria contra Castillo vinculándolo a una red de corrupción.
El presidente tiene una impopularidad del 63% pero el Parlamento tiene 82% de desaprobación, por lo tanto el problema de la insatisfacción de la población de Perú no es solo con la cabeza es con el cuerpo parlamentario. Por supuesto, esto no lo hace inocente ante las acusaciones y es una reacción rápida de la población ya que Castillo inició su gestión el 28 de julio del 2021, hace menos de 8 meses. Y este no es el primer pedido de debate pidiendo su destitución, la primera moción fue a finales del año 2021.
A pesar de la tensión política el banco central continúa aumentando las tasas de interés para combatir la inflación y la economía se ve ganando velocidad luego de 4 trimestres estancados pero el Banco Central de Perú solo predice un crecimiento de 2,7% para el año y a eso debemos agregarle la incertidumbre política por la posible destitución del Presidente.
A pesar de que el PIB del año 2021 tuvo un crecimiento importante, ya van 8 meses consecutivos de desaceleración en cuanto a la proyección del PIB del 2022. Las predicciones de 2,7% son modestas para un país de economía desarrollada como Estados Unidos pero es insuficiente para Perú que es un país emergente, como muchos en América Latina.
«Hay un boom minero que debería favorecer que las inversiones llegaran al país, pero las cosas no van según lo esperado porque el diálogo de las autoridades con las compañías extranjeras no fluye», comentó Hugo Ñopo, analista del centro de investigación Grade.
La estabilidad del país muestra la solidez de finanzas públicas y políticas económicas, y a pesar de ser la segunda moneda más fuerte de América Latina, luego del real brasileño, la deficiencia está en la situación de la mayoría de los peruanos, el crecimiento económico no ha reducido la desigualdad de la población. La pobreza afecta a 9 millones de personas en Perú, más del 70% de las personas trabajan de manera informal y los salarios promedios bajaron 8.8% desde el comienzo de la pandemia.
