Los mercados globales cerraron la semana con señales mixtas, entre la preocupación fiscal en EEUU y la debilidad del dólar. En contraste, Europa mostró una mejora económica. El euro se resiente por datos poco alentadores y la atención se centra en el presupuesto estadounidense. Además, el recorte de calificación de EEUU por parte de Moody’s reduce el grupo de países con nota “AAA”.
El club de los bonos soberanos “Triple A” se reduce
El reciente recorte de calificación crediticia de EEUU por parte de Moody’s ha reducido aún más el grupo de países con la máxima calificación «AAA». Moody’s degradó la calificación de EEUU de «Aaa» a «Aa1», reflejando preocupaciones sobre el rápido crecimiento de la deuda pública, que actualmente supera los USD 36 billones, y los crecientes pagos de intereses, que alcanzaron USD 881.000 millones en el último año fiscal, más del triple de lo gastado en 2017.
Esta decisión sigue a las rebajas previas de S&P en 2011 y Fitch en 2023, dejando a EEUU sin ninguna calificación «AAA» por primera vez desde 1941.
El impacto inmediato en los mercados ha sido moderado, con un ligero aumento en los rendimientos de los bonos a largo plazo, aunque los analistas no esperan un colapso significativo en los activos estadounidenses.
Sin embargo, la pérdida del estatus AAA tiene un efecto simbólico y podría aumentar los costos de financiamiento a largo plazo para el gobierno estadounidense, especialmente en un contexto de altos déficits fiscales.
Actualmente, sólo 11 países mantienen la máxima calificación en las tres principales agencias de crédito (Moody’s, S&P y Fitch), entre ellos Alemania, Suiza, Países Bajos, Canadá, Australia, Singapur y el pequeño principado de Liechtenstein, cuya economía representa menos del 0,1% del PIB global.
El dólar se debilita aún más por la pérdida de popularidad de la marca EEUU
El dólar estadounidense atraviesa una fase de debilitamiento acelerado, arrastrado por la incertidumbre comercial, el creciente déficit fiscal y una menor confianza en la excepcionalidad económica de EEUU.
La reciente rebaja de la calificación crediticia de EEUU por parte de Moody’s intensifica la presión vendedora sobre el billete verde, que acumula una caída de 10,6% desde enero, una de las más marcadas en tres meses.
Los inversores reducen exposición a activos estadounidenses, reactivando el denominado «sell América», y las posiciones especulativas netas en corto sobre el dólar se acercan a los niveles más bajistas desde julio de 2023.
A pesar de los intentos de Trump por defender una política de “dólar fuerte”, los fundamentos fiscales preocupan: se estima que el nuevo paquete de recortes tributarios podría sumar entre USD 3 y 5 billones a la deuda nacional en la próxima década.
Este escenario, junto con la incapacidad del dólar para actuar como refugio en tiempos de volatilidad, lleva a muchos actores globales -particularmente en Asia- a reconsiderar su exposición a activos estadounidenses.
Economías como China, Corea del Sur y Taiwán, con importantes reservas en dólares, podrían acelerar su proceso de desdolarización. La fuerte apreciación del dólar taiwanés refleja cómo una salida desordenada de capitales puede generar turbulencias cambiarias.
Por su parte, el aumento en las coberturas cambiarias reduce la demanda neta de dólares, intensificando la presión en los mercados a futuro.
Mala semana para los bonos
Los mercados financieros globales enfrentan una semana marcada por la volatilidad en los bonos de largo plazo, presionados por un contexto inflacionario más complejo y la creciente preocupación por la sostenibilidad fiscal de EEUU.
La propuesta de recorte de impuestos de Donald Trump, que podría incrementar la deuda pública en hasta USD 5 billones, genera tensiones dentro del Congreso y entre los inversores, especialmente luego de la baja de la calificación crediticia de EEUU. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 20 y 30 años volvió a superar el 5%, en medio de una subasta clave de deuda a largo plazo.
En el frente internacional, el dólar continúa perdiendo terreno, especialmente frente a la libra esterlina, que alcanzó su nivel más alto desde febrero de 2022 tras un sorpresivo aumento de la inflación en Reino Unido.
La debilidad del dólar también se ve impulsada por especulaciones de que EEUU podría estar dispuesto a aceptar una divisa más débil como parte de sus negociaciones bilaterales en el marco del G7. Mientras tanto, los inversores buscan refugio en monedas como el yen y el franco suizo.
En Asia, los mercados observan con atención la inestabilidad en el mercado de bonos japonés, donde los rendimientos de los títulos a muy largo plazo se dispararon esta semana tras una débil colocación de deuda.
La suba en los precios del petróleo, impulsada por reportes de un posible ataque de Israel a instalaciones nucleares iraníes, contribuye al nerviosismo global. Al mismo tiempo, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, advirtió que las empresas estadounidenses ya no pueden seguir absorbiendo los efectos de los aranceles sin trasladarlos a los precios, lo que refuerza los temores inflacionarios.
El PIB alemán del primer trimestre se mejora a medida que los pedidos se apresuran a superar los aranceles
La economía alemana registró un crecimiento del 0,4% en el primer trimestre de 2025 frente al trimestre anterior, duplicando la estimación inicial del 0,2%, según datos revisados por la oficina de estadística.
Este repunte, impulsado principalmente por un fuerte desempeño en las exportaciones y la producción manufacturera, fue atribuido al adelanto de pedidos por parte de importadores estadounidenses ante los aranceles anunciados por EEUU.
A pesar de que Alemania había registrado una contracción del 0,2% en el último trimestre de 2024, esta expansión la ubica por encima del promedio de crecimiento de la zona euro (0,3%) y representa su mejor desempeño desde el tercer trimestre de 2022.
El comercio exterior y el consumo privado fueron los motores principales del crecimiento. Las exportaciones aumentaron un 3,2% y el consumo de los hogares subió un 0,5%, mientras que la inversión creció un 0,9%.
En contraste, el gasto público cayó un 0,3%, afectado por la ausencia de un presupuesto formal tras la disolución del gobierno anterior en noviembre de 2024. Actualmente, Alemania opera con un presupuesto provisional.
Economistas como Carsten Brzeski (ING) y Cyrus de la Rubia (Hamburg Commercial Bank) reconocen que parte del impulso puede ser temporal, por el efecto anticipado de los aranceles.
Sin embargo, también destacan señales positivas a futuro, como la mejora en el ciclo de inventarios y el aumento de los salarios reales, que podrían sostener la recuperación del consumo. A largo plazo, se espera que el fondo de infraestructura de 500.000 millones de euros aprobado en marzo juegue un papel clave en sostener el crecimiento.
El dólar sigue cayendo
Los mercados financieros globales cerraron la semana con señales mixtas, marcadas por la persistente preocupación fiscal en Estados Unidos, la debilidad del dólar y revisiones al alza en el desempeño económico de Europa.
A pesar de cierta estabilización en los mercados de bonos y acciones tras la aprobación del paquete fiscal de Donald Trump en la Cámara de Representantes, el dólar continuó debilitándose frente a las principales divisas.
La libra esterlina alcanzó su nivel más alto en tres años, impulsada por sólidos datos de ventas minoristas en el Reino Unido y un tono más restrictivo del Banco de Inglaterra que podría retrasar eventuales recortes de tasas.
El proyecto de ley fiscal de Trump, que propone un aumento de hasta USD 3,8 billones en la deuda nacional a lo largo de la próxima década, obtuvo apenas una mayoría mínima en la Cámara y ahora enfrenta posibles modificaciones en el Senado.
La incertidumbre sobre su aprobación definitiva mantiene elevada la presión sobre los bonos soberanos de EEUU, con los rendimientos a 30 años por encima del 5%.
El deterioro fiscal también se refleja en los mercados de divisas: el índice DXY del dólar cayó a mínimos de dos semanas, mientras activos alternativos como Bitcoin alcanzaron nuevos máximos históricos ante el debilitamiento de la moneda estadounidense.
Desde la política monetaria, el gobernador de la Fed, Christopher Waller, sostuvo que si los aranceles se estabilizan hacia julio, podría haber espacio para iniciar recortes de tasas en la segunda mitad del año.
Sin embargo, el peso de los intereses sobre la deuda federal continúa creciendo: en 2023 representaron uno de cada ocho dólares gastados por el gobierno, y se espera que lleguen a uno de cada seis en la próxima década, impulsados por el envejecimiento de la población y mayores costos en salud y pensiones.
Fuente de las noticias internacionales: Reuters
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