Los inversores retiran dinero de los fondos de renta variable estadounidense por cuarta semana consecutiva
Durante la semana que finalizó el 7 de mayo, los fondos de renta variable en Estados Unidos registraron salidas netas por cuarta semana consecutiva, totalizando 16.220 millones de dólares, según datos de LSEG Lipper. Este comportamiento fue impulsado por la incertidumbre en torno a los aranceles comerciales y la espera de avances en las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Los fondos de grandes y medianas capitalizaciones sufrieron retiros netos de 13.600 millones y 1.120 millones de dólares, respectivamente, mientras que las salidas de fondos de pequeña capitalización se moderaron a 917 millones, el nivel más bajo en seis semanas.
Los fondos sectoriales estadounidenses registraron ventas netas por 2.890 millones de dólares, con desinversiones significativas en los sectores financiero (1.180 millones), tecnología (507 millones) y metales y minería (420 millones). Por otro lado, los fondos de renta fija mostraron una recuperación, con entradas netas de 3.530 millones de dólares, el mayor nivel en ocho semanas. Los fondos del mercado monetario también experimentaron un fuerte repunte, con compras netas de 28.400 millones de dólares, la mayor desde el 5 de marzo.
En medio de la confusa agenda comercial de Trump, una cosa está clara: los aranceles serán más altos
El enfoque comercial de la administración Trump, centrado en el uso intensivo de aranceles para equilibrar el comercio global, ha generado profundas divisiones tanto dentro de su equipo económico como entre analistas externos. Trump y sus asesores, como Peter Navarro y Stephen Miran, argumentan que los aranceles pueden estimular la economía estadounidense al recuperar empleos manufactureros, incrementar los ingresos fiscales y fortalecer la posición negociadora de Estados Unidos. Sin embargo, esta estrategia ha enfrentado críticas por ser contradictoria y potencialmente recesiva, dado que altos aranceles tienden a elevar los costos para los consumidores y reducir la competitividad de las exportaciones.
Navarro apoya la implementación de tarifas «óptimas» que, según él, mejoran los términos de intercambio al desplazar empleos y producción de regreso a Estados Unidos. Por otro lado, Miran ha defendido que existe una tasa arancelaria óptima para maximizar los ingresos fiscales sin perjudicar excesivamente el crecimiento, estimando esta en aproximadamente 20% para ciertos sectores. Sin embargo, economistas como Nouriel Roubini advierten que aranceles excesivos podrían desencadenar una recesión, con inflación acelerada y desaceleración económica para finales del año.
A pesar de las tensiones internas, Trump ha utilizado agresivamente órdenes ejecutivas para implementar su visión proteccionista, con acuerdos recientes como el tratado limitado con el Reino Unido, que mantiene aranceles del 10% en exportaciones británicas. No obstante, la resistencia de mercados y aliados estratégicos, sumada a críticas internas de figuras como Arthur Laffer, subraya los riesgos de esta estrategia para la estabilidad económica global.
El arte de lo posible: Gran Bretaña se conforma con una rápida victoria en el acuerdo comercial con EE.UU.
El Reino Unido y Estados Unidos lograron un acuerdo comercial limitado el miércoles, poniendo fin a meses de tensas negociaciones sobre aranceles impuestos por la administración Trump. El acuerdo reduce las tarifas sobre automóviles británicos de 27,5% a 10% para un máximo de 100.000 vehículos al año y elimina los aranceles del 25% sobre el acero, mientras que el Reino Unido se compromete a ofrecer acceso recíproco para carne de res y a eliminar los aranceles sobre el etanol estadounidense. Sin embargo, mantiene sus estrictos estándares alimentarios, a pesar de la presión estadounidense para flexibilizarlos.
El acuerdo llega en un contexto de creciente presión económica para ambos países. Las tarifas habían obligado a fabricantes como Jaguar Land Rover a pausar exportaciones a Estados Unidos y llevaron al gobierno británico a intervenir para mantener a flote a British Steel. Aunque el pacto es visto como un primer paso positivo, persisten importantes desacuerdos, como la negativa británica a eliminar el impuesto a los servicios digitales, lo que generó descontento en la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos.
A pesar de estas diferencias, el acuerdo fue celebrado por líderes de ambos países, con el primer ministro Keir Starmer destacando la importancia de la alianza histórica entre Reino Unido y Estados Unidos, mientras Trump buscó asegurar mayores concesiones para los agricultores estadounidenses en las etapas finales de las conversaciones.
Fuente de las noticias internacionales: Reuters