La recomendación principal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para Paraguay es mantener y recuperar el empleo; además de mejorar, ampliar y profundizar el sistema de protección social. Ambos puntos serán los desafíos más importantes de nuestro país en miras a la recuperación socioeconómica post-pandemia, según el informe denominado “Impulsando la recuperación socioeconómica en Paraguay – Estrategias de reactivación frente al COVID-19”.
El reporte presenta resultados de una encuesta de impacto aplicada a once sectores económicos que abarcan a más de 16.000 empresas. Como ejes centrales para la recuperación económica de Paraguay, el PNUD – que es una red mundial de la ONU– cita en su informe, por un lado, el apoyo a la recuperación del empleo y las empresas, y, por otro lado, el apoyo al sistema de protección social a las poblaciones en situación de vulnerabilidad.
Dentro del primer eje, el documento desglosa varias medidas como apoyos para el financiamiento a través de la reducción del riesgo mediante un fondo de garantía estatal. En ese sentido, afirma que el Fondo de garantía del Paraguay (Fogapy) debería ser ampliado, tanto en monto como en alcance y cobertura.
Asimismo, insta al Estado a brindar apoyo monetario a las empresas más golpeadas por la COVID-19, con líneas de contingencias que puedan ayudarlas a sobrevivir el impacto, evitando la pérdida de activos y manteniendo las fuentes de empleo.
También insta a priorizar el gasto público en salud y protección social; incentivar la obra pública con alta demanda de empleo y un mayor efecto multiplicador en la economía; recortar gastos superfluos e incrementar la formalización.
En lo que respecta al eje de apoyo al sistema de protección social, la recomendación del PNUD es reducir las condiciones de vulnerabilidad y exclusión. Es así que insta a apostar por el mantenimiento, monitoreo y focalización exhaustiva de programas sociales como: Tekoporã, Adultos Mayores, Ñangareko y Pytyvõ; de manera a asegurar que las transferencias satisfagan las necesidades de las familias y también generen un impacto en los comercios locales y regionales.
Por otra parte, propone buscar estrategias de intervención por tipo de riesgo y vulnerabilidad social según grupos de edades; renovar la seguridad social con ajuste en la ingeniería y funcionamiento de aportes, incluyendo en ella programas de contención ante la pérdida de empleo. Además, sugiere mejorar el servicio público, adaptando el mismo a la nueva estructura demográfica y con miras al cambio del bono demográfico.
