La Organización Internacional del Trabajo (OIT) destacó, en un reciente informe, que la temprana implementación de políticas públicas en nuestro país logró la contención de la mitigación de una expansión masiva del coronavirus, que pudo haber sido mucho peor de no implementarse la “cuarentena inteligente”.
Esto, a su vez, generó una pronta recuperación de parte de los empleos en ciertos sectores y el retorno de muchos trabajadores que estaban con contratos suspendidos.
Sin embargo, en el mismo documento se advierte que este éxito es “frágil” y podría esfumarse muy pronto, ya que con la relajación de las medidas sanitarias el número de contagios se volvió a incrementar, inclusive poniendo en duda para el futuro los resultados que ya habían sido capitalizados.
Según datos de la OIT, la tasa de ocupación tuvo una contracción interanual de 4,3 puntos porcentuales en el segundo trimestre del presente año, en comparación con el mismo periodo del 2019. Este indicador bajó desde un nivel del 65,9% a uno del 61,6%.
El mayor impacto se dio con las mujeres trabajadoras, pues en este segmento la contracción fue de 6,4 puntos porcentuales. Entre los hombres, el nivel de ocupación se redujo solamente en 2 puntos porcentuales.
Pese a ello, la tasa de desocupación solo aumentó de 7,4% a 7,6% en el mismo periodo, debido al movimiento masivo de la población económicamente activa hacia el estado de “inactividad”, principalmente la inactividad circunstancial debido a la pandemia (217.904 personas en el segundo trimestre de 2020).
¿Qué son los inactivos circunstanciales?
Cabe recordar que la OIT ha asignado la categoría de “inactivo circunstancial” durante la pandemia a aquellas personas que han perdido su puesto de trabajo o no tenían uno, pero no están buscando una actividad laboral por algún motivo específico – por ejemplo, por no tener acceso a internet o posibilidades reales de poder aspirar a una actividad remunerada -.
Independientemente a esto, la entidad consideró – a través de este informe – que, a pesar de la elevada informalidad en el mercado laboral paraguayo y el desarrollo relativamente tardío de la institucionalidad laboral, la respuesta de las políticas públicas fue decisiva, innovadora y, en las fases iniciales ha mostrado resultados alentadores.
Se refiere que tanto los subsidios del Instituto de Previsión Social (IPS) a los trabajadores formales con contratos suspendidos, como los de los programas sociales Ñangareko y Pytyvo, fueron sustentos importantes de los trabajadores durante esta etapa, que mitigaron de alguna manera el impacto económico y social de la crisis económica.
«La estrategia inicialmente exitosa, en comparación con otros países de la región, de contención del contagio, ha hecho posible la recuperación gradual de diversas actividades económicas y la vuelta paulatina a los lugares de trabajo», sostiene el informe de la OIT.
«Estos logros presentan cierta fragilidad debido a que, al igual que en otros países, la relajación de las medidas de confinamiento ha coincidido con el repunte de la curva de contagios, lo cual pone en riesgo la reactivación más sostenida del empleo», agrega.
