Nuestra economía experimentó un fuerte “rebote” entre abril y junio del 2021, al reponerse de la intensa caída que la pandemia de COVID-19 generó un año atrás.
El producto interno bruto (PIB) registró un aumento de 14,5% en el segundo trimestre del presente año, al ser comparado con el periodo más duro de la emergencia sanitaria en cuanto a restricciones a la actividad social, que en el segundo trimestre del 2020 habían resultado en una contracción económica de -7,2%
Esto revelan los más recientes datos publicados por el Banco Central del Paraguay (BCP), en su informe de Cuentas Nacionales Trimestrales (CNT).
Los sectores con mayor incremento fueron las construcciones (34,8%), los impuestos a los productos (28,9%) y la ganadería (18,7%). Por su parte, la industria se expandió en 16,5% y los servicios, en 16,3%.
Gustavo Cohener, director de Estadísticas del Sector Real del BCP, sostuvo que la flexibilización de las restricciones sanitarias incidió en los resultados arrojados por la medición del PIB.
Destacó el desempeño del sector servicios, que aportó con la mitad del crecimiento económico que se logró en el segundo trimestre del año, y el comportamiento auspicioso que entre ellos exhibieron actividades como salud, educación, esparcimiento y servicios a las empresas.
“En el 2020, la cuarentena total ha afectado a varios sectores, principalmente a los servicios y en especial a las actividades que imponían el distanciamiento social, entre ellos hoteles, restaurantes, servicios a los hogares”, explicó.
El economista Carlos Carvallo Spalding, ex miembro del Directorio del BCP, se refirió a este «fuerte crecimiento del PIB en el segundo trimestre» como un indicio de recuperación sólida, «más allá del efecto estadístico».
A través de su cuenta de Twitter, instó a reperfilar de manera clara la política fiscal y monetaria a la nueva realidad, considerando también la evolución de la inflación, y recalcó la «necesidad de poner foco en políticas que atiendan la heterogeneidad sectorial del crecimiento y el empleo en el proceso de recuperación».
Las actividades que se resintieron en sus niveles de producción fueron la generación de energía (o electricidad y agua, con binacionales), con una caída de 10,5%; y la agricultura, con una contracción de 5,2%. En estos casos inciden principalmente factores climáticos, como el menor caudal de los ríos y el retraso que tuvo la campaña de soja por la sequía del año pasado.
Por el lado de la demanda, todos los componentes arrojaron números positivos y el mayor crecimiento se observó en las inversiones, con una expansión de 44,2% en la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF).
A su vez, las actividades de comercio exterior exhibieron una suba de 26,6% en las exportaciones y de 42,1% en las importaciones; mientras que tanto el consumo privado como el público registraron aumentos de 9,7% y 5,6%, respectivamente.
La economía paraguaya acumula así un crecimiento de 6,9% en el primer semestre del 2021, por encima de la proyección de 4,5% que maneja el BCP para el cierre del año. En consecuencia, es de esperar que el ritmo de expansión se desacelere en los próximos meses, atendiendo también a la base de comparación ya más elevada que se tendrá desde los resultados del segundo semestre del 2020
