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2 de septiembre de 2025

Economía circular en Paraguay: así funciona la cadena que convierte residuos en nuevos productos

En Paraguay, la economía circular avanza gracias a una cadena que comienza en los hogares, sigue con los recicladores de base y culmina en industrias que transforman los residuos en nuevos insumos. Esta cadena no solo reduce el impacto ambiental, sino que también genera empleo y oportunidades económicas principalmente en sectores tradicionalmente vulnerables.

En Paraguay, la economía circular avanza gracias a una cadena que comienza en los hogares, sigue con los recicladores de base y culmina en industrias que transforman los residuos en nuevos insumos. Esta cadena no solo reduce el impacto ambiental, sino que también genera empleo y oportunidades económicas principalmente en sectores tradicionalmente vulnerables.

Localmente varias empresas utilizan envases 100% reciclables y tienen capacidad de reprocesamiento. Sin embargo, según Stephanie Dragotto, subgerente de asuntos públicos, comunicación y sustentabilidad de Paresa, el principal desafío es lograr mayor conciencia ciudadana sobre la separación de residuos y que las políticas públicas acompañen estas iniciativas.

La economía circular en Paraguay avanza gracias a una cadena que comienza en los hogares, continúa con los recicladores de base y llega hasta las industrias que transforman residuos en nuevos insumos. 

Lejos de ser solo un tema ambiental, el reciclaje también genera oportunidades económicas y empleo, especialmente en sectores tradicionalmente vulnerables. Separar los residuos desde el origen es el primer paso para activar este circuito que convierte lo que antes era basura en materia prima valiosa, aseguró Stephanie Dragotto, subgerente de asuntos públicos, comunicación y sustentabilidad de Paresa.

A nivel global, Coca-Cola lleva la sustentabilidad muy presente y tiene diferentes pilares de trabajo como la gestión del cuidado del agua, el empoderamiento económico y el reciclaje. 

Según explicó Dragotto, para la compañía la gestión hídrica abarca tanto lo que ocurre “puertas adentro”, es decir, mejorar la eficiencia en el uso del agua dentro de planta, como “puertas afuera”, mediante acciones orientadas a las comunidades y al medio ambiente, con el objetivo de devolver el 100% del agua utilizada en la elaboración de sus productos. Para ello, trabajan en alianza con diversas organizaciones.

Explicó también que el pilar del empoderamiento económico está directamente relacionado con el núcleo del negocio: el trabajo con pequeños emprendedores, quienes son esenciales para que los productos lleguen a la mesa de miles de paraguayos y paraguayas. “Trabajamos con programas de capacitación enfocados principalmente en nuestros clientes”, indicó.

En cuanto al reciclaje, señaló que actualmente todos los envases en los que comercializan sus bebidas son 100% reciclables, es decir, pueden recuperarse y tienen valor económico en el mercado. Esto permite, por ejemplo, que hoy existan botellas fabricadas completamente a partir de otras botellas, algo que antes no era posible.

“Esos tres pilares son claves para nosotros, no solamente en Paraguay sino también como el Grupo Andina al cual pertenece Paresa y también como Coca-Cola Company a nivel global”, aseguró. 

CADENA DE RECICLAJE

Dragotto explicó que Paresa comercializa sus productos en botellas PET, latas de aluminio y envases Tetra Pak, tres materiales que hoy cuentan con industrias locales capaces de reciclarlos. 

En este sentido, destacó que existe una cadena de reciclaje desarrollada desde hace más de 45 años en Paraguay, que involucra a diversos actores y que requiere del compromiso de los consumidores como primer eslabón.

“Normalmente la gente pone todo en una misma bolsa y saca a la calle. Lo que nosotros pedimos es que puedan hacer la separación desde sus casas, oficinas o escuelas”, señaló. Esta práctica facilita el trabajo de los recicladores de base, quienes recorren casa por casa recuperando materiales con valor económico.

Según explicó, la separación no tiene por qué ser compleja, “Pedimos solamente dos bolsas. Una para los residuos orgánicos y otra para todo lo que se puede reciclar, idealmente limpio y seco. A veces la gente se asusta y cree que necesita cinco basureros para cartón, plástico, vidrio… pero no es necesario”.

En la bolsa de reciclables pueden incluirse no sólo los envases de sus productos, sino también cartón, papel, vidrio, aluminio y distintos tipos de plásticos, incluyendo las botellas PET y los envases Tetra Pak, que actualmente también se reciclan en el país.

Este primer paso, resaltó Dragotto, es fundamental para conectar a los consumidores con los recicladores de base, que en muchos casos son familias enteras dedicadas a recolectar estos materiales.

La ejecutiva continuó explicando que, una vez recolectados los residuos, los recicladores de base clasifican los materiales y los llevan a centros de acopio, que suelen ser pequeñas o medianas empresas dedicadas a comprarlos. Esta transacción, en la mayoría de los casos, se realiza en efectivo y representa el primer paso formal del circuito comercial del reciclaje.

En estos centros, los materiales vuelven a ser separados y luego compactados mediante prensas, con el objetivo de reducir su volumen. En los centros de mayor tamaño, este proceso genera grandes fardos comprimidos que son transportados a las industrias recicladoras.

“Por ejemplo, si es cartón, se envía a la fábrica de Yaguareté; si es vidrio, a la Fábrica Paraguaya de Vidrios; si es Tetra Pak, a F&F; y si es PET, el material que nosotros utilizamos, va a Coresa, que es actualmente la industria más grande del país dedicada al reciclaje de plástico PET”, detalló.

En Coresa, las botellas llegan en dos formas: tal como fueron recolectadas o ya compactadas. Allí, pasan por un proceso de limpieza y trituración hasta convertirse en pequeñas hojuelas similares a copos de nieve, conocidas como flake. Este plástico triturado, ya libre de contaminantes, es enviado a Circular Pet.

“Circular Pet es una planta inaugurada en 2023 como una alianza entre tres empresas: Paresa, Coresa e Impet, esta última, especializada en la fabricación de preformas para botellas”, señaló.

Una vez que el flake llega a Circular Pet, se somete a reactores que le devuelven al plástico PET su consistencia original, habilitándolo nuevamente para el contacto con alimentos. En ese proceso, el material se derrite y se transforma en pequeñas pelotitas conocidas como pellets.

Además, Dragotto destacó que una parte importante del material reciclado se exporta y cuenta con una alta demanda en el mercado internacional, debido a su calidad superior en comparación con la de otros países de la región. 

“Eso es un dato no menor, porque realmente es una industria muy grande y, la verdad, un caso de éxito también”, afirmó. Actualmente, aproximadamente el 25% de los envases de plástico PET utilizados por la empresa están fabricados con resina reciclada. 

“Es una gran responsabilidad, porque desde Paresa recuperamos ocho de cada diez botellas que ponemos en el mercado, y nuestro objetivo es seguir ampliando esa cifra. Por eso es fundamental el apoyo de las personas que pueden dar ese primer paso hacia el reciclaje”, expresó.

En ese sentido, invitó a conocer la plataforma “Mi País Sin Residuos», desarrollada en alianza con otras empresas multinacionales. El sitio web mipaissinresiduos.com.py ofrece respuestas a dudas frecuentes como: “¿Este empaque es reciclable?”, “¿Dónde puedo reciclar cápsulas de café?” o “¿A qué lugar puedo llevar mis materiales?”.

La página cuenta con un mapa interactivo que permite ubicar puntos de recupero, centros de acopio e incluso recicladores que ofrecen servicios de recolección domiciliaria o en oficinas.

Por otra parte, consultada sobre si se trata de una iniciativa exclusivamente privada, Dragotto aclaró que, por el momento, el trabajo en reciclaje es impulsado en su totalidad por el sector privado. “Existen políticas públicas que promueven la separación en origen, pero todavía creemos que hay mucho camino por recorrer”, sostuvo.

En ese contexto, instó a la ciudadanía a involucrarse de manera individual, especialmente teniendo en cuenta las limitaciones del sistema público. “En muchas ciudades del interior del país, e incluso en zonas cercanas como algunos barrios de Areguá, no existe un servicio regular de recolección de residuos. Por eso, hay que buscar alternativas”, explicó.

Señaló que en esas zonas muchas personas deben enterrar o incluso quemar sus residuos, una práctica que va en contra de los objetivos de sostenibilidad, pero que persiste ante la falta de opciones.

Por ello, subrayó la importancia de cambiar la percepción sobre los desechos: “Eso que llamamos basura puede tener valor en las manos correctas. Nadie tiraría G. 5.000 o G. 2.000 a la calle, y sin embargo, cuando desechamos una botella, estamos tirando algo que tiene un valor económico real”, expresó.

La subgerente enfatizó en que fortalecer la economía circular implica asegurar que estos materiales lleguen a los recicladores o a los centros de acopio, para que puedan reincorporarse a la cadena de reciclaje y generar un impacto económico y ambiental positivo.

“Vemos que los consumidores están empezando a premiar a las marcas que apuestan por la sustentabilidad, y también adoptan hábitos de consumo más responsables. Hoy, muchas personas ya reciclan después de consumir una gaseosa, un yogur u otros productos”, destacó.

Afirmó asimismo que el reciclaje tiene un importante potencial económico. “Hoy hay muchas personas que se dedican a esta actividad y que incluso ganan más que el salario mínimo, lo que representa un incentivo real para seguir fortaleciendo la cadena”, dijo.

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