La libertad de expresión se enfrenta a nuevos desafíos. El gran salto hacia la democratización de la transmisión de ideas que generó internet y, con más fuerza, las redes sociales, trajo consigo el fenómeno de las fake news y una total impunidad hacia la información irresponsable.
La capacidad de parar la pelota, mirar a nuestro alrededor y discernir entre la verdad y la mentira se torna cada vez más indispensable para poder sobrevivir a la avalancha diaria y peligrosa de comentarios infundados y campañas de desinformación que caracteriza a nuestra era.