El Guaraní cumple este mes 80 años de vigencia, se ha instalado en los últimos años como una de las monedas más estables de la región y la segunda más longeva, solo por detrás del peso colombiano.
Ahora bien, más allá de la celebración por el trayecto histórico, es importante ver el contexto en el cual se desenvuelven las monedas y las economías en el mundo.
Las transferencias y pagos digitales han venido creciendo durante los últimos años en el país, con la consolidación y paulatina inclusión de la población al Sistema de Pagos del Paraguay (Sipap), desarrollado por el Banco Central del Paraguay (BCP).
Aunque desde la banca privada local se pretende establecer tarifas por la utilización de este sistema, bajo la excusa de haber realizado inversiones, desde el Estado se ha aclarado que la inversión fue del regulador, y que seguirá siendo un servicio sin costo para el usuario.
En el marco del aniversario de la moneda local, desde el BCP destacan la necesidad de consolidar el Guaraní ante el advenimiento de lo digital.
MarketData conversó con técnicos de la institución, quienes afirmaron que es relevante señalar que, además de su función como medio de cambio, es fundamental que el guaraní siga siendo “la opción preferida para las crecientes transacciones digitales”, de modo a no ceder terreno ante otras monedas, en un contexto de vertiginoso avance del mundo electrónico.
“Garantizar esto implica el desarrollo continuo de un sistema de pagos en guaraníes que sea eficiente y de uso masivo. Este desarrollo es esencial para asegurar que el guaraní no sea desplazado por otras formas digitales de pago en monedas extranjeras y, así, consolidar su posición como la piedra angular de nuestra estabilidad económica y financiera”, se afirmó desde el Banco Central.
Con respecto a la proyección de la moneda, desde la institución se afirmó que en el horizonte futuro “no se vislumbran riesgos significativos para nuestra moneda”, considerando el Banco Central del Paraguay como una institución que, además de gozar de su reconocida autonomía, ha venido reforzando constantemente sus capacidades técnicas para una gestión óptima de la política monetaria.
“La autoridad monetaria ha evidenciado de manera clara su firme compromiso con la estabilidad del valor del Guaraní a lo largo de los años, especialmente durante el reciente periodo en el que la inflación se vio fuertemente afectada por factores externos”, comentaron técnicos del ente regulador, en el contexto del octogésimo aniversario del Guaraní.
Eliminación de ceros, descartada
Por otra parte, MarketData consultó a la institución si sería momento de restarle ceros a la moneda, en el marco de una discusión que lleva ya varios años sobre la mesa entre analistas y ejecutivos.
Por el momento, la banca matriz descarta la posibilidad de hacerlo, ya que consideran que los sistemas modernos de análisis son compatibles con los dígitos que suponen las cifras en guaraníes.
Técnicos de la institución recordaron que una de las funciones fundamentales del dinero es actuar “como unidad de cuenta”. En este contexto, afirmaron que resulta lógico pensar que la reducción de dígitos facilitará una lectura más comprensible de los balances financieros.
Sin embargo, apuntaron que en términos de operaciones relacionadas con sistemas de pagos, reservas o contabilidad, el número de dígitos utilizado no representa un problema siempre y cuando los sistemas sean capaces de manejar la cantidad necesaria de dígitos. Desde este punto de vista, no sería necesario reducir la cantidad de dígitos.
“Lo que sí podría ocurrir es una pequeña diferencia en el último dígito debido al redondeo. Por ejemplo: 80.342.951.940.549 podría redondearse a 80.342.951.940,55. En este caso, la diferencia sería de un 1 o de 0,001. En resumen, la máxima ganancia o pérdida debido al redondeo estaría alrededor de 5 (o 0,005) por cada número, lo que representa una variación mínima en términos prácticos”, se explicó desde el BCP.
Reducir la meta de inflación
Ante el planteamiento de la posibilidad de una reducción de la meta de inflación, afirmaron que “es una posibilidad que debe evaluarse” ya que si bien una inflación más baja podría mejorar la eficiencia económica al permitir una mejor asignación de los recursos productivos, dada la coyuntura actual que atraviesa la economía paraguaya, que se encuentra en proceso de recuperación tras verse afectada por shocks tanto internos como externos, deben cumplirse ciertas condiciones previamente a una reducción de la meta.
“En primer lugar, es fundamental que las expectativas de inflación se encuentren alineadas con la meta establecida. Este es un objetivo que se ha alcanzado en los últimos meses. En segundo lugar, es crucial que nuestra economía supere por completo los efectos de los shocks que la han impactado en el último período. Una vez que hayamos restaurado los equilibrios y la tasa de política monetaria regrese a niveles normales, será el momento apropiado para evaluar la reducción de la meta”, afirmaron técnicos del BCP, ante la consulta de MarketData.