Los niños y niñas son el futuro del país, el nuevo aliento y motor de toda una nación. Esto más que nunca se vio en la madrugada del 16 de agosto de 1869, cuando miles de niños y adolescentes paraguayos empuñaron las armas para defender un país que caía a pedazos por la contienda bélica de la Guerra Contra la Triple Alianza. Recordando este trágico y heróico momento es que se recuerda en Paraguay el Día del Niño y la Niña.
Si bien esta fecha no es para festejar, sino para conmemorar lo que representa en nuestra historia, es también un día para reivindicar los derechos, reconocer a los niños y niñas como sujetos plenos, como así también velar por que ellos en el futuro sean partícipes del cambio.
En Paraguay, vemos que de los 7,4 millones de habitantes con que cuenta el país, el 33% son niñas, niños y adolescentes, que equivale a 2,5 millones de personas entre 0 y 17 años de edad, según los últimos datos proveídos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Al desglosar los datos, encontramos que de esta población total de niños y jóvenes, 671.236 se encuentran en un rango etario de 0 a 4 años; mientras que 720.670 son niños de 5 a 9 años; 672.0048 son de 10 a 14 años y 391.125 son adolescentes de entre 15 y 17 años.
Esta es la cantidad de personas que conforman el futuro del país, los que “construirán un Paraguay mejor”, palabras que son repetidas de forma muy seguida por las autoridades nacionales; pero, ¿qué se ha hecho para mejorar su calidad de vida?
Concretamente, en este 2023, el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA) tiene un total de G. 107.030 millones como presupuesto. Si bien esta entidad ha tenido un aumento en los últimos años, sus recursos siguen siendo insuficientes para atender las necesidades que tienen los niños.
En el 2018, el presupuesto del MINNA era de G. 69.987 millones y para el cierre del año pasado se ubicó en G. 80.969 millones.
Es importante señalar que del total del presupuesto de este año, la mayor parte va para pago de salarios, específicamente G. 41.689 millones van para servicios personales; G. 11.476 millones para servicios no personales; G. 404 millones para bienes de consumo e insumos; G. 60 millones para inversión física; y G. 10.400 millones para transferencias.
No obstante, este Ministerio también cuenta con recursos institucionales y cooperación de la Unión Europea para el fortalecimiento del sistema de protección social y del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).
La pobreza, el maltrato, no contar con una educación digna y de calidad, situaciones que muchas veces desembocan en la descolarización temprana, sumadas al trabajo infantil y el acoso sexual, son algunos de los princiaples problemas por las que se encuentran atravesando los niños y niñas de Paraguay, y esto lo dejó en claro la exministra de la cartera de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez.
Además, indicó que los casos de abuso sexual y maltrato infantil han aumentado en los últimos años, y que son las vulneraciones más graves de los derechos de los niños y niñas que se han acrecentado en el país, principalmente luego de la pandemia del Covid-19.
“Desde el Ministerio se llevan adelante distintos ejes de trabajos y proyectos para poder combatir esta situación, con alianzas estratégicas y con voluntarios. Tan solo en el mes de julio registramos 1.119 llamadas en total, sobre vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes. El año pasado superamos los 3.000 casos”, indicó Martínez.
Derecho a la salud
Dentro de este contexto, la exministra comentó que durante su estadía al frente del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, se priorizó la primera infancia, en donde se trabajó con los familiares desde el embarazo, con el objetivo de que la criatura pueda desarrollarse en un ambiente más seguro y sin violencia, como así también se llevó adelante proyectos que incluyan los primeros años del infante en la escuela, como así también se incluyó el sistema de salud y la accesibilidad para este grupo.
En este sentido, los datos del INE muestran que del total de la población paraguaya de 0 a 17 años de edad, unas 2.455.079 personas (el 24,4%) cuenta con seguro médico. Al dividir por área de residencia se tiene que 3 de cada 10 de los que viven en áreas urbanas cuentan con un plan médico (alrededor del 32,5%), mientras que el restante 67,5% no cuenta con un plan privado de salud.
Por su parte, en el área rural tan solo 1 de cada 10 niños cuenta con un seguro médico, es decir que del total de los infantes que viven en el interior del país, solo el 12,3% acceden a un seguro, mientras que el 87,7% no tiene cobertura médica.
En este punto, Martínez comentó que la salud es un eje principal en la vida de los niños y niñas del país, por lo que es fundamental tratar de llegar con un buen plan médico a este segmento del país, en donde señaló que de acuerdo con el Ministerio de Salud, las complicaciones por Covid-19 causaron el 62% de las muertes maternas en el primer semestre de 2021.
Asimismo, indicó que la desnutrición y el sobrepeso son otros de los puntos que la salud pública debe de velar. En este sentido, señaló que el bajo peso tuvo una mayor incidencia en los niños varones y las zonas rurales, segmento en donde la asistencia médica es más precaria, mientras que la obesidad infantil se registró en un nivel mayor en las áreas urbanas.
Derecho a la educación
Otro de los ejes fundamentales para el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes paraguayos es contar con una educación segura, libre y gratuíta, que pueda asegurar el desarrollo de sus capacidades intelectuales.
En Paraguay, de un total de 1.783.843 personas en edad escolar -entre 5 y 17 años-, el 94,6% asiste a un centro educativo, mientras que un 5,4% no lo hace, según datos del INE.
Al agrupar por edades, vemos que dentro de la primera infancia -de 5 a 9 años- asiste un total de 790.670 niños y niñas. De este segmento, el 96,3% se encuentra estudiando.
Por su parte, el grupo de 10 a 14 años lo conforman un total de 672.048, de las cuales el 97,7% forma parte del sistema educativo. Cabe mencionar que este grupo etario es el que cuenta con mayor participación de estudiantes.
Sin embargo, este índice de participación escolar se ve reducido en el segmento de los 15 a 17 años de edad, en donde del total de 391.125 adolescentes, tan solo el 86% siguen sus estudios, mientras que un 13,9% no lo hace.
Es importante destacar que la deserción escolar se ve aun más acrecentada en esta edad, ya que muchos de ellos lo hacen para trabajar y poder solventar sus gastos; o en muchos de los casos, para ayudar a sus familiares.
Explotación laboral infantil
Tampoco hay que dejar de lado la explotación laboral infantil que existe en el país, que muchas veces es invisibilizada por las autoridades o romantizada por la sociedad como un acto de “trabajador” o de “luchar para salir adelante”, cuando el Estado debería de velar por sus derechos básicos.
En este sentido, la exministra de la Niñez y la Adolescencia indicó que “la salud, la educación y una buena alimentación son los tres ejes fundamentales que en la vida de un niño no debe de faltar, al igual que el respeto de sus derechos”.
En Paraguay, hay niños sometidos a las peores formas de trabajo infantil, como la servidumbre doméstica, muchas de ellas traídas desde el interior del país como criadazgo a las zonas urbanas.
Asimismo, en las áreas rurales, muchos niños se encuentran trabajando en las granjas o en las estancias como peones. Además, en el peor de los casos, muchos de los niños y niñas son explotados sexualmente.
En este sentido, Martínez manifestó que algunas son llevadas de sus familias con la promesa de ser niñera, trabajar en la servidumbre o cuidar de adultos mayores, sin embargo, muchas veces terminan como víctimas de la trata de personas o de tráfico infantil.
Se puede decir que el peor de los males que desembocan en este tipo de situaciones es la pobreza, aparte de la inacción del Estado. De acuerdo con los datos del INE, el 34,6% de niñas, niños y adolescentes (850.597 personas) viven en la pobreza total, mientras que el 8,5% (unos 209.688) se encuentran en la pobreza extrema.
La violencia como forma de enseñanza
Por último, Teresa Martínez habló sobre la forma de enseñanza que tienen las familias paraguayas con los niños y las niñas, en donde resaltó que se toma como método de educación la violencia o los gritos.
“Estos son los hechos que se deben de erradicar desde la primera infancia, como para que los niños y niñas al crecer puedan erradicar esa cultura de violencia como forma de educación”, señaló.
Igualmente, mencionó que uno de los desafíos más importantes que se debe conquistar para avanzar en los derechos de los niños y niñas en el país es hacerlos partícipes en el proceso de reconocimiento de los mismos.
“Ellos saben muy bien, pero somos los adultos los que no recordamos la participación que deben tener, no les escuchamos. Es una guerra del adulto hacia la niñez paraguaya y debemos ir cortando todas esas brechas con todas las acciones que vamos emprendiendo en este camino”.
Teresa Martínez, exministra de la Niñez y Adolescencia.