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28 de abril de 2024

Buenas perspectivas para las construcciones, tras el sacrificio de recursos del 2021

Las partidas presupuestarias que el año pasado fueron redireccionadas a salud obligaron a la postergación de algunas obras públicas. Aun así, el sector de construcciones cerró el ejercicio con un crecimiento importante.

Agentes del sector coinciden en que las expectativas para el 2022 son positivas y que, en términos generales, se cerró un buen año, ya que volvieron a actuar como un motor importante para la economía paraguaya.

El Banco Central del Paraguay (BCP) estima que, al cierre del 2021, el sector de las construcciones habrá crecido un 13,5%, a pesar del redireccionamiento de partidas presupuestarias que fueron reasignadas a la salud pública, en detrimento de las inversiones. De este modo, el sector secundario concluyó un año auspicioso, más allá de las dificultades de ejecución que se presentaron. 

Al ser consultado sobre este balance, Joaquín Fernández, presidente de la empresa Tecsul, afirmó que en términos generales el 2021 fue positivo y que las expectativas para adelante son igualmente alentadoras. Sin embargo, no dejó de lado el hecho de que varias obras fueron postergadas por las necesidades presupuestarias de salud, en un contexto de pandemia y cuarentena. 

“Si bien, con respecto a la construcción del sector público, no se paró durante la pandemia y fue el agente dinamizador y salvador de la economía, en el 2021 hubo inconvenientes sobre todo financieros. Se tuvieron que trasladar fondos al sector de salud, que estaban asignados a la construcción, y nosotros sufrimos ese déficit presupuestario. Las obras fueron postergadas y cerramos con poco oxígeno”, dijo. 

No obstante, añadió que este año se perfila como “esperanzador”, ya que el país se encuentra saliendo de una crisis importante, lo que permitirá que haya recursos del presupuesto para reactivar las obras. Apuntó que esto ocurrirá a pesar del proceso de reducción del déficit fiscal al que está abocado el Gobierno.

“Lo que necesitamos es que esto se ejecute, porque en el 2021 no se pudo ejecutar todo el presupuesto justamente por cumplir la ley de responsabilidad fiscal. Entonces, o no se pagaron obras que ya fueron ejecutadas, o directamente hay proyectos que no se ejecutaron para preservar este índice. Pero si mejora la economía, se va a poder ejecutar el presupuesto”.

Joaquín Fernández, presidente de Tecsul.

Dijo que se prevé continuar con la construcción de rutas, puentes y, en general, obras de impacto para mucha gente, así como hospitales en el sur del país y en Coronel Oviedo, las que también ayudarán a dinamizar la economía. Esto, además de proyectos privados como la papelera en Concepción, la cementera en Vallemí y el proyecto Omega Green, que también respaldan la evolución del segmento. 

Consideró que las construcciones operan como una “bola de nieve”, ya que las obras públicas comienzan la dinámica y son acompañadas por el sector privado. En este sentido, apuntó que los proyectos de vivienda y desarrollos inmobiliarios habitacionales y comerciales también continuarán con un repunte importante. 

Con respecto al costo del crédito en un contexto de cambio en la política monetaria del Banco Central, hacia una mayor restricción, dijo que no habría mayores inconvenientes para el financiamiento de obras, tanto desde la banca tradicional como desde el mercado de capitales. Consideró que no se movería demasiado la tasa de interés para el segmento y que no se generaría un mayor inconveniente. 

Rol dinamizador

Por su parte, Daniel Díaz de Vivar, presidente de la Cámara Paraguaya de la Industria de la Construcción (Capaco), coincidió en el análisis al apuntar que el año tiene un balance positivo, a pesar de la cuestión presupuestaria. En este contexto, opinó que la obra pública es una gran dinamizadora para impulsar el crecimiento económico, aunque el sector privado también está acompañando. 

“Este fue un año atípico (el 2021), a partir de que el segundo semestre se comenzó a mover de nuevo con obras públicas y privadas. Si bien las obras públicas no pararon, sí disminuyeron los pagos del sector público hacia el privado porque muchos de los fondos fueron redireccionados a salud. Teníamos el tema de la pandemia y se fue normalizando en mayo o junio ”, puntualizó. 

Aseveró que el sector privado también movió al segmento en su conjunto, apoyando a la obra pública, y que terminaron “salvando” el año, con un comportamiento regular y sin llegar aún a los niveles del 2019. Reconoció que, hasta las últimas semanas del año pasado, todavía estuvo costando un poco entrar en el engranaje de los cobros y los pagos con el Ministerio de Hacienda, que deberá buscar el financiamiento adecuado para impulsar las obras. 

Añadió que para el 2022 las obras públicas continuarán siendo fundamentales, pero que el Parlamento deberá acompañar la gestión con la liberación y acceso a créditos. Insistió en que la participación del sector privado será clave y seguirá avanzando con las obras ya mencionadas, con especial énfasis en la vivienda y la industria, con polos de desarrollo que se van volviendo muy importantes.  

“Por cada dólar que invierte el Gobierno en infraestructura, el sector privado invierte cinco. Se construye una ruta y muy pronto aparecen otras inversiones como una estación de servicio, un silo o cualquier otra cosa, inmediatamente el sector privado acompaña esto, pero el público es la punta de lanza”.

Daniel Díaz de Vivar, presidente de Capaco.