A cuatro meses de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara oficialmente pandemia global al nuevo coronavirus (Covid-19), la emergencia sanitaria continúa creando estragos alrededor del mundo y aún no da señales de que vaya a detenerse en algún momento. Esta incertidumbre se trasladó también a la economía, a nivel internacional, y está presente en los mercados globales.
Esta pandemia fue capaz no solo de frenar la expansión de un mercado alcista que venía sosteniéndose hacía ya más de una década, sino también de hundir en tiempo récord a los mercados bursátiles más grandes del mundo, casi al final del primer trimestre del año. A esto le siguió una de las recuperaciones más rápidas en la historia, lo que llevó al cierre del mejor trimestre en veinte años para las bolsas de Estados Unidos – este pasado 30 de junio -.
Para entender mejor este contexto tan volátil y lo que ello implica, es importante repasar algunas fechas, empezando por la cuarentena sanitaria más estricta en Estados Unidos que se dio entre febrero y marzo de este año.
- El 19 de febrero, el índice del S&P 500 – uno de los índices bursátiles más importantes del gigante americano y del mundo – llegó a su pico histórico cerrando en 3.386 puntos, cuando todo parecía que un virus no pintaba una verdadera amenaza.
- A menos de un mes, el miedo y la incertidumbre se asentaron en los inversionistas y el 12 de marzo las bolsas en Europa y Estados Unidos presentaron una caída de casi el 10%; Wall Street experimentó la caída porcentual más grande desde 1987, mientras que la Borsa Italiana caía aproximadamente un 17%.
- El 23 de marzo, a tan solo 33 días del pico histórico, llegó el punto más bajo del furioso desplome, con el S&P 500 cerrando en 2.237 puntos, un 33% perdido en un periodo extremadamente corto.
Un histórico repunte. El piso marcado por la fuerte caída generada por el inicio de la pandemia dio lugar a un frenético repunte que, enigmáticamente, llevó al cierre reciente de uno de los mejores trimestres en las últimas décadas para el mercado bursátil americano.
En el índice del S&P 500 durante los últimos doce meses se puede ver la caída que ocurre en el mes de febrero. La línea amarilla apunta al inicio del primer trimestre y la línea roja marca su final. Se puede observar la “recuperación en V” del mercado para el periodo.
Un mundo muy líquido. Abril y mayo representaron meses de rápida acción por parte de los entes gubernamentales alrededor del mundo, quienes utilizaron prácticamente cada herramienta en su poder para mitigar los daños creados por un virus sin ganas de ser controlado. Durante este tiempo se vieron grandes flujos de dinero insertados a la economía por parte de estímulos y recortes fiscales sin precedentes históricos.
Por medio de políticas monetarias y fiscales, Estados Unidos fue capaz de inyectar billones de dólares a la economía nacional, ya sea a empresas grandes o pequeñas, por medio de compra de deuda privada o a personas físicas individuales, vía cheques depositados directamente en sus cuentas bancarias.
Combinando todos los métodos implementados para recuperar la economía y mantener la rueda girando, hoy nos vemos frente a un exceso de liquidez en el sistema bursátil a nivel mundial. Las tasas de rendimiento en renta fija son tan bajas que los inversionistas se ven en la encrucijada inevitable de tomar mayores riesgos para generar mayores retornos en el mercado accionario de la renta variable.
Este escenario de aumento de liquidez se vio reflejado en el repunte del mercado bursátil al cierre del 30 de junio, fecha en la que el índice del S&P 500 cerró el trimestre en 3.100 puntos, dando un repunte superior al 20%, el mayor desde 1998. Los demás índices no se quedaron atrás, con el Nasdaq Composite Index y sus ganancias extendidas en un 31% y el Dow Jones Industrial con un 18%, en el mismo periodo.
Nasdaq lidera en retorno, en un trimestre histórico para el mercado bursátil.
En el también conocido como “índice del miedo”, se puede observar que el nivel llegó a máximos históricos en el último trimestre del corriente año, lo que ilustra el alto nivel de volatilidad e incertidumbre en el mercado.
La realidad pinta que nos encontramos en periodos de extrema incertidumbre y navegando altos niveles de volatilidad a nivel mundial. Hace tan solo unos meses los inversores se encontraban lamentando el fin del mercado alcista, cuando ahora se experimentan precios irracionales en las acciones, subas diarias exuberantes y con un mercado bursátil sumiso al Covid-19.