Durante el esperado discurso del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por el uso abreviado) en el simposio anual de políticas de bancos centrales – celebrado virtualmente el jueves último –, Jerome Powell anunció el nuevo enfoque destinado a recuperar el máximo empleo y tener una política más relajada respecto a la elusiva inflación, en este país.
Powell se refirió en estos términos: “Este cambio refleja nuestro aprecio por los beneficios de un mercado laboral fuerte, particularmente para muchos en comunidades de ingresos bajos y moderados”.
¿En qué consiste esta nueva estrategia?
Básicamente, este enfoque le permite al Banco Central mantener su política monetaria súper acomodativa hasta la recuperación del mercado laboral.
Esto podría implicar que el aumento de precios avance más rápido de lo que tradicionalmente se permitía, de manera a alcanzar la inflación promedio de 2% a lo largo del tiempo y que las tasas de interés de política monetaria sigan en el rango de 0% y 0,25% por un extenso periodo.
Vale la pena recordar que la Reserva Federal tiene dos claros objetivos estipulados por ley que son:
1. Promover el máximo empleo.
2. Promover precios estables de los bienes y servicios.
Para lograr estas metas, la FED recurre a dos maneras de aplicación de sus políticas monetarias:
1. Inyectar liquidez a la economía por medio de compras y ventas de varios instrumentos financieros y;
2. El control de las tasas de interés a la cual los bancos se prestan entre sí, de un día para otro – también denominada tasa overnight de fondos federales–.
En el 2012 la FED fijó oficialmente su meta de inflación en 2%, sin embargo, el aumento de los precios se mantuvo paradójicamente por debajo de ese objetivo, a pesar de tener la expansión económica más larga de la historia y los niveles de pleno empleo más altos en décadas.
Sobrevenida la pandemia de COVID-19 y a pesar de todo el estímulo monetario que implica la inyección de billones de dólares a la economía, así como de recortar las tasas de interés prácticamente a cero, la inflación sigue obstinadamente por debajo de la meta – con un promedio de solo 1,4% en el periodo –.