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21 de noviembre de 2024

“El 2022 va a ser complicado, pero en el 2023 vamos a tener un rebote”

César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda, describe el panorama que se espera para lo que resta de este año y las perspectivas para el próximo. Además, habla sobre la inflación y los ajustes de tasas realizados por el BCP, el déficit fiscal y la agenda de reformas.

El Banco Central y otras entidades coinciden en estimar que se tendrá un mejor segundo semestre, pero esto no sería suficiente para lograr un crecimiento como resultado final del año. La disminución de la inversión pública en comparación con periodos anteriores y una menor producción agrícola figuran entre los principales motivos de estas expectativas. 

La organización Desarrollo en Democracia (Dende) estima que este año el Producto Interno Bruto (PIB) tendrá una caída del 1,2%, diferente a la del Banco Central del Paraguay (BCP) que proyecta un leve crecimiento del 0,2%. César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda, explica que en el segundo semestre se tendrá una mejora de la actividad económica, pero que no será suficiente para contrarrestar las dificultades que se presentaron en el primer tramo del 2022. 

Sostuvo que se está transitando por una situación recesiva, pero que se debe tener en cuenta que es transitoria. Por otra parte, dijo que los ajustes de tasa que viene realizando la banca matriz deberían ir mermando de manera a evitar mayor impacto en las inversiones del sector privado. 

Además, aseguró que difícilmente la agenda de reformas planteadas desde el Ejecutivo avance este año, teniendo en cuenta que estamos en un periodo electoral que continuará en el 2023 con las elecciones generales. 

El BCP estima que en el segundo semestre se tendrá una recuperación de la economía ¿Desde Dende también manejan que se experimentará un repunte?

Nosotros también estamos manejando que la zafriña de maíz y de soja van a tener buenos rendimientos, se plantó bastante más, especialmente maíz. Estamos también considerando que el trigo se va a plantar más y va a tener mejores rendimientos, lo que pasa es que ninguno de ellos tiene la capacidad de poder compensar la caída tan grande que hubo en la soja.

Prácticamente la soja determina lo que pasa en el resto, y después en el resto de los sectores no hay mucha diferencia con el Banco Central, en las estimaciones, nosotros también estamos esperando que el sector servicios siga recuperándose. 

También creemos que el sector comercial va a caer un poco este año, pero menos de lo que estima el Banco Central, tenemos algunas diferencias en algunas cosas, pero en general que haya o no diferencia de 0% a -1% o  0,2% es normal.

Creemos también que en este segundo semestre va a empezar una recuperación, pero como las políticas públicas no van a ayudar mucho, la fuerza de esa recuperación no va a ser la misma que el 2019, que tuvimos un segundo semestre muy bueno, o la del año pasado que tuvimos un segundo semestre muy bueno, pero cuál fue el tema allí: la inversión pública fue muy fuerte y el Banco Central tenía tasa de interés muy baja. 

En esta oportunidad, la inversión pública se va a reducir y la tasa de interés del Banco Central va a seguir aumentando, entonces vemos difícil, aunque no está fuera de las posibilidades que la economía tenga un leve crecimiento como la que ellos (BCP) están estimando, pero nosotros creemos que va haber una caída de alrededor del -1%.

César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda

– ¿Las acciones emprendidas desde las políticas públicas serán menores este año debido a que no se debe sobrepasar el tope de déficit fiscal del 3% del PIB aprobado en el Presupuesto General de la Nación?

Claro. El déficit está por encima del 3% hasta el mes de abril, está en 3,8%; tenés que reducir el déficit de mayo a diciembre a 3%, eso implica una contracción fiscal importante en lo que queda del año. 

Entonces, la inversión pública va a bajar, va a haber una caída y eso va a conspirar en contra de un sector privado que ya está luego debilitado, un sector público que también se va a contraer más. Entonces, no hay capacidad de reaccionar a las políticas públicas como fue el año pasado, como en el 2019, eso hay que tener en cuenta. 

– No obstante, este 2022 es un año electoral y en estas épocas se suelen tener mayores gastos ¿Este factor no podría incidir para que se tomen medidas desde el sector público?

Si el Congreso o el poder Ejecutivo empiezan a enviar programas de gastos que van a llevar al déficit fiscal a niveles por encima del 4% del PIB podría ayudar, pero yo no recomiendo. En la debilidad que estamos teniendo en la política fiscal en este momento, hacer ese tipo de cosas puede ayudar a que la recuperación sea más rápida, pero va a crear otros problemas bastante más complicados para enfrentar hacia adelante. 

– Por otro lado, nuestro país está registrando una inflación bastante alta, el BCP está tomando medidas que a su vez influyen en el costo del crédito, ¿Esto también repercute en menor inversión por el lado del sector privado?

Va a impactar. Nosotros creemos que la demanda de créditos de las empresas grandes está muy limitada en este momento porque los costos les han desincentivando mucho, especialmente en moneda local. Se nota una retracción de la demanda de créditos en los últimos tres meses, venía a un ritmo importante hasta el año pasado, eso ya es consecuencia de que las tasas son altas. 

Es muy distinto tomar deuda al 5%, como lo estaban haciendo el año pasado, que ahora que las tasas están al 9%, 10%. Va a incidir y eso también tiene un efecto contractivo, por eso nosotros estamos insistiendo en que los ajustes de tasas tendrían que ir mermando.

Además, el impacto va a ser mucho más negativo de lo que tenemos hasta ahora, pero estamos caminando en una cornisa muy fina y hay que manejarse con mucho equilibrio para evitar excesos en cualquiera de los lados.

Hay poca capacidad para reaccionar contra una situación recesiva. Sabemos que la situación recesiva es transitoria porque cuando empiece la próxima zafra y tengamos una buena cosecha, esperemos el próximo año, que ya tuvimos dos años de Niña, es muy probable que tengamos un periodo neutral o fenómeno de El Niño para de aquí en adelante, eso va a hacer que la producción rebote el próximo año y vamos a tener una economía totalmente diferente, hay que entender esa realidad. 

La economía paraguaya atraviesa por dificultades como una elevada inflación y un desempeño recesivo, que se considera será transitorio.

– Y mientras tanto, ¿qué hacemos con la inflación?

Con la inflación no hay mucho que hacer por el momento. La dinámica va a ir llevando a que estas tasas de más de 1% mensual va a ir bajando en los próximos meses, la interanual en este momento está en alrededor de 11%. Nosotros estimamos que esa interanual va a ir bajando gradualmente al 9% a diciembre de este año, es lo máximo que se puede hacer.

No hay medidas milagrosas. La cuestión cambiaria, que podría haber ayudado, lastimosamente está conspirando también porque la soja ha generado pocos ingresos de divisas y hay déficit en este momento. Estamos en la cornisa y con poco margen de maniobra, esa es la realidad, y si pedimos cosas extraordinarias que se hagan para cambiar esta situación, esas cosas extraordinarias van a generar costos muchísimo más altos más adelante, que me parece que no tiene sentido tomar por una situación que sabemos va a durar en el transcurso de este año.

El salario mínimo se va a ajustar ahora, eso es positivo y va a generar un poco de recuperación de poder adquisitivo de mucha gente que ha perdido en los (últimos) seis a siete meses, eso va a ayudar un poco, pero como la gente se ha tratado de acomodar como pudo hasta ahora, yo creo que el impacto no va a ser como hubiera sido en otra situación. 

Así que este año va a ser un año complicado. Si nos ayuda un poco el clima y los políticos no hacen tanto desastre, creo que el año que viene vamos a tener un rebote y después volveremos a un ritmo normal de 3%, 3,5% de crecimiento. Esa es la dinámica que podemos tener, más que eso es muy difícil, no tenemos capacidad estructural para hacerlo y, si tenemos por lo menos tres a cuatro años de buena lluvia, vamos a tener buena economía en los próximos años. 

– ¿La agenda de reformas es posible todavía este año?

Yo creo que, en el mejor de los casos, lo máximo que van a aprobar, porque ya tiene media sanción, es la Ley de Contrataciones Públicas, que es una reforma importante, no menor, que bien implementada puede hacer diferencias en los próximos años. 

El resto de las cosas son mucho más pesadas que eso: la reforma de la Ley del Servicio Civil, o la de la Caja Fiscal, o la Ley de Responsabilidad Fiscal misma que también está pendiente. Yo creo que eso va a quedar para después de las elecciones de abril, en el periodo de transición o en el primer año del próximo Gobierno, si es que viene uno con ganas de hacer reformas.

– ¿El proyecto que limita los gastos adicionales en épocas electorales tampoco avanzaría?

Veo poca probabilidad de que sea tratado y, si es tratado, yo no creo que aprueben porque los políticos ven estas cosas como restringirse su propio poder por más que no hagan cosas desastrosas. Me han sorprendido que en el 2013 aprobaron la Ley de Responsabilidad Fiscal, que les restringía, que respetaron un tiempo y después  ya dejaron de respetar, veo muy difícil.

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Además, proyecta que la inflación cerrará aproximadamente en un 10,4%, por encima de la expectativa oficial, realizada por la banca matriz. En cuanto al déficit fiscal, consideran que el desbalance estará en torno al 3,5%, nuevamente mayor al porcentaje aprobado en el presupuesto.

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