Por: Eduardo Esquivel, Director Ejecutivo de Espacio Económico.
La bioeconomía es una rama emergente de la economía que se centra en la producción y el uso sostenible de recursos biológicos, procesos y principios biotecnológicos para ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles a los desafíos económicos, sociales y ambientales actuales.
Este enfoque integra conocimientos de diversas disciplinas como la biotecnología, la agricultura, la silvicultura, la pesca, la acuicultura, la bioenergía y la bioindustria, con el objetivo de transformar los sistemas de producción y consumo hacia un modelo más sostenible.
Una de las principales características de la bioeconomía es su enfoque en el uso eficiente y renovable de recursos biológicos. En lugar de depender de recursos fósiles y no renovables, la bioeconomía promueve la utilización de biomasa y residuos orgánicos para producir alimentos, energía, materiales y productos químicos.
Este cambio de paradigma no solo reduce la dependencia de recursos finitos, sino que también contribuye a la mitigación del cambio climático al disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
También se caracteriza por su enfoque en la innovación y la biotecnología. El desarrollo de nuevas tecnologías y procesos biotecnológicos permite la creación de productos y soluciones más eficientes y sostenibles.
Por ejemplo, la biotecnología industrial permite la producción de bioplásticos, biocombustibles y productos químicos verdes a partir de biomasa, lo que reduce el impacto ambiental y promueve una economía circular.
¿QUÉ PASA CON LA BIOECONOMÍA EN PARAGUAY?
En el contexto de Paraguay, la bioeconomía está comenzando a ganar relevancia, aunque aún se encuentra en una etapa incipiente. El país posee un gran potencial en este campo debido a su riqueza en recursos naturales y biodiversidad.
La agricultura, la silvicultura y la acuicultura son sectores clave que pueden beneficiarse de la adopción de prácticas y tecnologías de la bioeconomía para mejorar la sostenibilidad y la competitividad.
Diversas iniciativas y proyectos están emergiendo con el objetivo de promover este nuevo campo. Por ejemplo, la producción de biocombustibles a partir de cultivos como la soja y la caña de azúcar ha mostrado ser una alternativa viable para diversificar la matriz energética del país y reducir las emisiones de carbono.
Asimismo, la investigación en biotecnología agrícola está avanzando, con el desarrollo de cultivos más resistentes y eficientes que pueden contribuir a la seguridad alimentaria y a la sostenibilidad del sector agrícola.
Sin embargo, para que la bioeconomía se consolide en Paraguay, es necesario fortalecer el marco institucional y normativo, así como promover la inversión en investigación y desarrollo.
La colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones académicas es crucial para impulsar la innovación y la adopción de tecnologías biotecnológicas. Además, es fundamental fomentar la educación y la concienciación sobre la importancia de la misma y sus beneficios a largo plazo.
Esto representa una oportunidad única para Paraguay de transitar hacia un modelo de desarrollo más sostenible y resiliente. Aprovechar el potencial de los recursos biológicos y la biotecnología puede generar beneficios económicos, sociales y ambientales significativos.
Con el apoyo adecuado y la implementación de políticas y estrategias efectivas, Paraguay puede posicionarse como un líder regional en bioeconomía, contribuyendo al bienestar de sus ciudadanos y al cuidado del medio ambiente.