Por Eduardo Esquivel, director de Espacio.
En Paraguay, en un contexto de inflación proyectada del 4% y una dinámica de precios que presiona el poder adquisitivo de los hogares, los reintegros ofrecidos por entidades bancarias se consolidan como un mecanismo cada vez más relevante en la gestión del consumo individual y familiar.
Esta herramienta, que consiste en la devolución de un porcentaje del gasto realizado con tarjetas de débito o crédito de las entidades financieras, evolucionó desde simples estrategias comerciales a verdaderos incentivos con efectos directos sobre la capacidad de compra del ciudadano promedio en Paraguay.
La dinámica económica nacional, marcada por una recuperación post pandemia y una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,8% para 2025, según el Banco Central del Paraguay (BCP), está acompañada por una tendencia sostenida de incremento en el costo de bienes y servicios.
En este escenario, los reintegros parecen funcionar como un paliativo indirecto frente a la pérdida de poder adquisitivo, aliviando en parte, el impacto de la inflación sobre el consumo esencial de los hogares paraguayos, además de incentivar al uso de herramientas financieras, como las tarjetas de crédito.
CÓMO FUNCIONAN LOS REINTEGROS
Desde una perspectiva operativa, los reintegros implican la devolución de un porcentaje del monto gastado con tarjetas de crédito, que posteriormente es acreditado en la cuenta corriente del cliente.
En el mercado paraguayo actual, estos porcentajes suelen ubicarse en torno al 10% y el 40%, aunque en determinados casos promocionales, llegaron a alcanzar incluso el 100% de devolución.
La estructura financiera de estas promociones responde a acuerdos entre bancos emisores y comercios afiliados, donde ambas partes asumen proporcionalmente el costo del beneficio ofrecido. De este modo, se genera una sinergia entre fidelización de clientes, aumento de ventas y posicionamiento de marca.
Durante el mes de marzo de 2025 se observaron múltiples iniciativas de reintegro o devolución en diversos rubros de consumo como gastronomía, moda, tecnología, turismo y servicios personales.
Las condiciones de estas promociones varían en función del tipo de tarjeta, la entidad emisora y los comercios adheridos, con plazos de acreditación que pueden extenderse hasta varios días hábiles tras la compra.
La disponibilidad de cuotas sin intereses, también es integrada en estos esquemas, lo que fortalece aún más su atractivo para los consumidores. Asimismo, el impacto de estas trasciende el ámbito financiero y se proyecta sobre los hábitos de consumo.
IMPACTO
Cabe mencionar además, que la penetración de tarjetas con tecnología sin contacto alcanza a un aproximado de 86% de la población bancarizada, con más de 3 millones de plásticos activos a nivel nacional.
Según datos del sector, los reintegros figuran entre los principales factores de expansión del uso de medios de pago electrónicos.
Asimismo, diversas comunidades digitales reportan estrategias de consumo optimizadas en función de los calendarios promocionales, permitiendo a numerosos usuarios estructurar sus compras para maximizar devoluciones y estirar su presupuesto mensual.
No obstante, este esquema no está exento de riesgos. Las tasas de interés asociadas a saldos impagos en tarjetas de crédito, que alcanzan un tope legal del 17,55% en moneda nacional para abril de 2025, pueden neutralizar los beneficios obtenidos si el consumidor no gestiona adecuadamente sus pagos.
Diversos actores del ámbito legislativo expresaron preocupación respecto a la sostenibilidad de estas promociones, alertando sobre eventuales desequilibrios que podrían derivarse de su uso indiscriminado o de prácticas poco transparentes en su implementación.
EDUCACIÓN FINANCIERA COMO PUENTE SOSTENIBLE
Los reintegros bancarios dejaron de ser una simple estrategia de marketing para convertirse en una herramienta de gestión financiera personal en el Paraguay contemporáneo.
Su incidencia en el consumo diario y en el bienestar económico de los hogares es tangible, particularmente en un contexto de inflación moderada y presión sobre el ingreso disponible.
No obstante, su efectividad como instrumento de alivio dependerá de la capacidad de los usuarios para integrarlos racionalmente en sus decisiones financieras, evitando que se conviertan en una ilusión de ahorro que, mal gestionada, derive en sobreendeudamiento.
En este contexto, es fundamental el ejercicio de una conducta financiera responsable, que contemple la planificación de las compras, el monitoreo de los plazos de acreditación de los reintegros y la liquidación oportuna de los saldos para evitar cargos por intereses.
La información, la planificación y la prudencia seguirán siendo los pilares esenciales para que estos beneficios cumplan su función sin comprometer la estabilidad financiera del consumidor.