Bogotá, 21 oct (EFE).- Colombia vivió este miércoles una jornada de multitudinarias manifestaciones pacíficas para pedir cambios en las políticas del Gobierno del presidente Iván Duque, movilizaciones que fueron respaldadas por la minga indígena que hoy se despidió de Bogotá sin reunirse con el mandatario.
En las principales calles de ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, manifestantes convocados por el Comité Nacional del Paro elevaron al Gobierno nacional sus reclamos en defensa de los derechos laborales, la vida, la educación, la salud y la paz.
«A parar para avanzar, viva el paro nacional», gritaron miles de manifestantes afiliados al sindicato de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y otras organizaciones sociales al llegar a la Plaza de Bolívar de Bogotá donde confluyeron las movilizaciones.
Allí fueron recibidos por la minga (la movilización indígena) que les entregó simbólicamente la plaza en la que se concentraron el lunes a la espera de una reunión con Duque, quien en varias declaraciones insistió en que su Gobierno no acepta ultimátum ni emplazamientos para dialogar con los ciudadanos.
La movilización de hoy transcurrió en un ambiente festivo, amenizado con música, arengas y coreografías, y sin afectaciones de orden público ni desmanes como en otras ocasiones, en parte por la presencia de la minga indígena, que en estos días en Bogotá hizo una demostración de civismo.
Los manifestantes de Bogotá partieron desde varios puntos de la ciudad y finalizaron su recorrido en la plaza más importante del país, vecina de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, y del Capitolio nacional, donde voceros de las asociaciones explicaron sus peticiones.
«Bienvenidos a la Plaza de Bolívar, nuestro permanente lugar de batallas en defensa de la vida, de la paz y la democracia. Estamos aquí para exigirle al Gobierno nacional la negociación del pliego del Comité del Paro», dijo uno de los voceros desde la misma tarima donde hace dos días los indígenas del suroeste plantearon sus reivindicaciones.
CONTRA LA VIOLENCIA
Colombia vive un periodo de agitación política y social por las recientes masacres y el aumento de la violencia en regiones convulsas que han dejado cientos de muertos pertenecientes a comunidades étnicas, organizaciones de derechos humanos y movimientos políticos.
A esos crímenes, condenados incluso por organismos internacionales, se suman los asesinatos de líderes sociales y firmantes del proceso de paz de 2016 entre el Gobierno y la antigua guerrilla de las FARC.
Entre quienes se manifestaron hoy estaban miembros de la FARC que protestaron por el asesinato de 234 exguerrilleros desde la firma de la paz, razón que los movió a iniciar una en Mesetas, en el departamento del Meta, en dirección a Bogotá.
Los manifestantes pidieron mayor compromiso del Gobierno nacional para detener el desangre en los territorios, avanzar en la implementación de los acuerdos pactados y proteger a las comunidades indefensas ante los grupos armados que se fortalecieron y multiplicaron tras del desarme de las FARC.
«De nuevo la calle, de nuevo la plaza para exigirle a este Gobierno no más masacres, respeto al derecho a la vida, a la democracia y a los acuerdos de paz, y negociación inmediata del pliego de emergencia por parte del Comité Nacional del Paro», dijo en la movilización el fiscal de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias.
Los manifestantes reclamaron además mejores condiciones, más recursos y oportunidades para la educación y la salud, sectores afectados por la pandemia del coronavirus.
«No a la alternancia, el Gobierno debe garantizar las condiciones dignas para la educación de nuestros niños», reclamó la docente Milena Mendieta sobre la posibilidad de volver a las clases presenciales interrumpidas en marzo.
DE LA MINGA AL PARO
La minga indígena, que llegó el domingo a Bogotá y el lunes protagonizó una multitudinaria concentración en la Plaza de Bolívar, fue protagonista de las actividades de hoy en su despedida de la capital.
En la Plaza de Bolívar los indígenas formalizaron con las centrales obreras y organizaciones convocantes de la movilización un pacto por la vida, la paz y la democracia y extendieron su respaldo a los demás movimientos sociales.
«La minga hoy nos ha traído a Bogotá para decirle al país y al mundo que aquí estamos los pueblos con dignidad. La minga abraza al paro nacional porque la lucha de ustedes es nuestra», dijo la consejera de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Aida Quilcué.
Por su parte, la Oficina de la ONU en Colombia dijo que se reunió con miembros de la minga y escuchó las preocupaciones de ese movimiento al que reconoció por ser «incluyente y amplio», y felicitó por sus esfuerzos para garantizar una movilización pacífica.
SIN REUNIÓN CON DUQUE
Aunque habían dicho que volverían a sus comunidades en el suroeste del país después de reunirse con el presidente Duque, los indígenas emprendieron hoy su viaje de regreso no sin antes recordar que hicieron todo lo posible para tener un encuentro cara a cara con el mandatario.
Ante los reclamos de los indígenas, el Gobierno divulgó en los últimos días datos sobre los recursos desembolsados a esas comunidades y un balance positivo de los acuerdos cumplidos.
Sin embargo, los indígenas insisten en que no están reclamando dinero sino un plan integral de protección para sus tierras y sus vidas por lo que responsabilizaron «al Gobierno de lo que suceda a la minga en adelante».
«Abrazamos este paro nacional para decirles que nos devolvemos a los territorios para seguir las luchas desde allá. Muchas gracias Bogotá y Colombia por habernos recibido y unir esos lazos de lucha y resistencia por la vida, por la dignidad, por el trabajo», manifestó Quilcué.