Quito, 25 ene (EFE).- La petrolera estatal Petroecuador refutó este lunes los argumentos de tres bancos europeos que han decidido dejar de financiar la industria del crudo en la Amazonía ecuatoriana y sacó a relucir sus certificados ISO.
En un comunicado, la estatal ecuatoriana aseguró que sus actividades de extracción de crudo, que se concentran en la zona amazónica del país, cumplen de forma rigurosa la normativa nacional, por lo que ha obtenido 250 licencias ambientales y otras 38 se encuentran en trámite en el Ministerio del Ambiente.
Además, para la obtención de las licencias, señala que debe cumplir con un proceso de «participación ciudadana, en el cual las comunidades han sido informadas sobre el alcance» de los proyectos hidrocarburíferos de la empresa.
Y que el cumplimiento de los planes de relación de la empresa con las comunidades amazónicas es auditado por consultoras ambientales.
La suspensión de financiación por BNP Paribas, Credit Suisse e ING la anunciaron este martes desde Ginebra las organizaciones ambientalistas Amazon Watch y Stand.Earth, alegando que se produce en respuesta a un informe sobre que esas entidades habían financiado con 10.000 millones de dólares la exportación de crudo desde las llamadas Cuencas Sagradas de la Amazonía ecuatoriana hacia Estados Unidos.
Se trata de uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, en el que viven más de medio millón de indígenas de 20 nacionalidades, incluidos pueblos que viven en aislamiento voluntario en sus tierras ancestrales.
Esta es la primera vez que bancos comerciales de alcance global han detenido la financiación de actividades extractivas en la Amazonía, destacaron las organizaciones.
PROYECTOS DE OPTIMIZACIÓN CLIMÁTICA
Entre sus argumentos, Petroecuador recordó que desde el año 2000 cuenta con la «certificación internacional ISO 140001: 2015 Sistemas de Gestión Ambiental», lo que avala el compromiso corporativo de responsabilidad en sus operaciones.
Y que «trabaja permanentemente para tener una operación más amigable con el ambiente».
Como ejemplos puso sus proyectos de optimización de gas asociados a la extracción de crudo y el procesamiento del producto extraído de fuentes de contaminación dejadas años atrás.
Petroecuador, responsable del 80 por ciento de la producción petrolera del país, sostuvo asimismo que su gestión busca minimizar el impacto ambiental en las zonas de influencia, además de estar apegada al estándar EITI para la buena gobernanza de los recursos petroleros.
Ecuador, que produce unos 530.000 barriles diarios de crudo, basa gran parte de sus ingresos en la venta de crudo a los mercados internacionales.
De hecho, son una de las principales fuentes de financiación del presupuesto fiscal del país andino, que extrae el grueso del hidrocarburo en la región amazónica y luego lo transporta por oleoductos a los puertos de embarque sobre el océano Pacífico.
CAOS CLIMÁTICO
Según las organizaciones ambientalistas, los tres bancos fueron responsables de más del 50 por ciento de la financiación del comercio de petróleo amazónico, y si se suma a UBS, Natixis y Rabobank, este porcentaje ascendería al 85 por ciento.
Su informe señala que aunque las entidades financieras adquieren compromisos corporativos de sostenibilidad, también comercializan petróleo amazónico que contribuye al cambio climático y tiene impacto directo en los pueblos indígenas.
«Durante demasiado tiempo, la industria petrolera ha causado estragos en nuestros pueblos, violado nuestros derechos, talado nuestros bosques, ocupado nuestros territorios y creado un caos climático que está llevando al colapso de la Amazonía», denunció el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía ecuatoriana (Confeniae), Marlon Vargas.
«Hacemos un llamado a todos los demás bancos para que dejen de financiar la extracción de petróleo y el comercio del crudo amazónico, y, en su lugar, inviertan en alternativas económicas sostenibles para nuestros países y comunidades», añadió.
