En los últimos años, la deuda pública de nuestro país se ha venido incrementando de manera considerable para financiar el funcionamiento del Estado a nivel general. Analistas de la consultora local Mentu apuntaron en su boletín “Pulso Financiero” que el crecimiento promedio del endeudamiento anual paraguayo ha sido del 16% en la última década.
En este contexto, la deuda pública asciende actualmente a un valor de USD 13.310 millones, lo que representa ya un 34,6% del producto interno bruto (PIB). Por su parte, la deuda per cápita es de USD 1.810 millones, lo que implica una carga que se triplicó con respecto al 2019. El 58,6% de esta deuda corresponde a emisiones de bonos y el 38,9%, a organismos multilaterales.
Según se considera en el análisis de Mentu, estos niveles de deuda son elevados, a lo que se debe sumar la limitada capacidad del Estado para generar recursos propios para su financiamiento. Advierten que esta situación pone en riesgo la posibilidad del Estado de actuar de manera eficiente y queda por ver cuál es la trayectoria futura del tipo de cambio, teniendo en cuenta que la mayor parte está en dólares.
“El destino de los recursos obtenidos con el endeudamiento dependerá del uso que se dé a los otros recursos obtenidos. Se recomienda reducir la deuda, ya que el aumento de la misma implica tener la mayor parte del presupuesto público destinado para pagarla, postergando la inversión en otras áreas”, se expone en el boletín diario de la consultora.
Cabe apuntar que, en el 2014, la deuda pública del país era de solo USD 636 millones y desde entonces no ha parado de crecer hasta llegar a su nivel actual, que es un 185% superior con respecto a ese año. El único intérvalo con reducción en la última década se dio entre 2014 y 2015, cuando la deuda pública bajó en USD 2 millones.
Inversiones en el sector privado
Cabe apuntar, por otra parte, que la demanda interna en el país tendrá un crecimiento mayor a lo que se esperaba, según apunta el último Informe de Política Monetaria (Ipom) del Banco Central.
En este contexto, las inversiones en bienes de capital fijo crecerán hasta un 17,2% con respecto al año pasado, unos 2,4 puntos porcentuales más de lo que se esperaba anteriormente.