La matriz energética de Paraguay se compone en gran medida de energía proveniente de fuentes hidroeléctricas. En esa línea y pese a que gran parte del consumo final depende de los derivados del petróleo y la biomasa, la electricidad generada por la hidroeléctrica es clave para el correcto funcionamiento de la economía local, por lo que la demanda eléctrica sigue creciendo.
Es bien sabido que la electricidad es un recurso fundamental para los hogares y las empresas paraguayas, permitiendo la utilización de electrodomésticos, equipos, maquinarias. En la actualidad además existe una creciente electrificación vehicular, lo que convierte a la electricidad en un recurso esencial para el transporte.
En ese marco y atendiendo a su importancia para el correcto funcionamiento de las actividades cotidianas y comerciales, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), realizó una previsión de la demanda eléctrica para el periodo 2019-2030.
Los resultados del estudio evidenciaron una estimación que, para un escenario de moderado crecimiento industrial -del 5,3% del PIB anual-, el crecimiento promedio anual para la demanda de potencia máxima será del 6,6% y del 6,8% para la demanda de electricidad.
SITUACIÓN ACTUAL
Sin embargo, un estudio del CEE de la UIP señala que la demanda de potencia máxima ya superó la proyección de la estatal en el año 2022. Para entonces, había aumentado en 13,6%, es decir, un 7% más que lo estimado inicialmente. De esa forma, se alcanzaron los 4.270 MW, cifra que superó la estimación de 4.195 MW.
En cuanto a la demanda de energía eléctrica, también se superó la proyección de la ANDE en 2024. Sobre el punto cabe mencionar que en dicho año el consumo eléctrico aumentó 18% aproximadamente, es decir 4,8% más que lo proyectado, con esto alcanzó unos 26.143 GWh, por encima de los 24.725 GWh estimados.
Según explica el Centro de Estudios Económicos (CEE) de la UIP, el factor de carga en torno al 56%y las pérdidas totales en torno al 29% aceleran el déficit de potencia. Al mismo tiempo se remarca que sólo en el año 2024, la demanda de potencia máxima de energía eléctrica superó en más de un 50 MW la proyección realizada por la ANDE.
Otro aspecto preocupante es el acelerado ritmo de crecimiento del consumo, que no solo supera el doble de lo estimado con tasas históricas del 7 al 8% anual, sino que al mismo tiempo, las tasas reales recientes que se sitúan entre el 10% y el 12%, también superan ampliamente las tendencias históricas.
DISPONIBILIDAD ENERGÉTICA
Por otro lado, el documento del CEE, señala que el ratio entre energía eléctrica disponible y consumo de energía eléctrica muestra la capacidad que tiene la oferta para satisfacer la demanda. Asimismo, destaca que en 2020, el PNUD ya alertaba acerca del empobrecimiento de esta relación que pasó de 12,8 en 1991 a 3,7 en 2017.
Al respecto, mencionaba también que en 10 a 15 años (2027/2032) se alcanzaría un momento “crítico” donde el ratio sería igual a 1, lo que significa que toda la energía eléctrica disponible sería consumida.
En ese sentido, extendiendo el cálculo se puede ver que en 2023, este ratio tuvo un valor de 2,2. Esto se traduce en que la oferta era capaz de satisfacer solo 2,3 veces la demanda.
Para el periodo 1991-2001, el ratio disminuyó un 3,9% anualmente. Durante el periodo 2002-2012, decreció 3,3% de forma anual. Pero en el último período (2003-2023), la reducción anual fue de 4,5%, lo que refuerza la idea de que el consumo de energía eléctrica viene creciendo de forma acelerada y continua, y que la producción de electricidad no acompaña esa tendencia.
DEMANDA DE POTENCIA
De acuerdo con los datos, la ANDE estimó la demanda de potencia máxima hasta 2030 y el Viceministerio de Minas y Energías (VMME) hasta 2050. En ese sentido y considerando que la potencia máxima es de 8.800 MW y tomando las estimaciones de ambas instituciones, la demanda podría superar a la oferta en el segundo quinquenio de la década 2030 – 2040.
Sin embargo, el CEE asegura que la demanda de potencia máxima proyectada por la ANDE para el escenario medio es considerablemente inferior a la demanda de potencia máxima efectiva, por lo que calculó tres escenarios posibles de demanda de potencia máxima.
En el escenario alto, la demanda de potencia máxima crece a una tasa anual de 10,3%, y en 2030 esta superaría a la oferta. Para el escenario medio, la demanda de potencia máxima crece a una tasa anual de 7,4%, y en 2032 superaría la oferta.
Para el escenario conservador, crece a una tasa anual de 6,6%, y en 2033 superaría a la oferta. Esto deja ver que, dentro de los primeros años de la década de 2030, la demanda de potencia podría superar la oferta máxima instalada.
DEMANDA DE ENERGÍA
Asimismo, la ANDE estimó la demanda de energía eléctrica hasta 2030 y el VMME hasta 2050. Considerando que la oferta máxima eléctrica es de 48.450 GWh y tomando las estimaciones de ambas instituciones, la demanda superaría a la oferta entre 2035 y 2040.
Sin embargo, la demanda de energía eléctrica presenta la misma situación que la potencia. En ese sentido, como se observa en el gráfico 4 del CEE, la demanda eléctrica proyectada por la ANDE para el escenario medio es considerablemente inferior a la demanda de energía eléctrica efectiva.
Los tres escenarios posibles del Centro para demanda de energía eléctrica son el alto, donde la demanda crece a una tasa anual de 14,6%, y en 2029 supera la oferta.
Por su parte, en el escenario medio, la demanda crece a una tasa anual de 8,7%, y en 2032 se supera la oferta. Para el escenario bajo, se podría esperar un crecimiento a una tasa anual de 6,8%, y en 2034 superaría la oferta.
“Esto quiere decir que, dentro de los primeros años de la década de 2030, la demanda de energía eléctrica superará ampliamente la oferta máxima posible. Esto confirma la urgencia de soluciones estructurales como la termoeléctrica a gas, que puede proveer energía firme y escalable en el corto plazo”, finaliza el CEE.
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