La localidad de Natalio, departamento de Itapúa, fue escenario del acto oficial del lanzamiento de la campaña de siembra de soja 2024/2025, que ya viene desarrollándose desde hace unas semanas en las principales zonas del país.
Como cada año, el comportamiento climático será de gran importancia para que la producción de soja se sitúe por encima de los 3.000 kilogramos por hectárea. En ese sentido, cabe recordar que se estima que en la campaña anterior la siembra llegó a los 10,1 millones de toneladas con 3,6 millones de hectáreas.
Desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP) señalaron que el comportamiento diferenciado en las lluvias y en el desarrollo de los cultivos previos genera distintos escenarios por departamentos y regiones.
En el caso de Itapúa, por ejemplo en la zona nordeste, se tienen parcelas con un 20% a 50% de áreas sembradas, mientras que otros siguen con trigo y canola en campo. En lo que respecta al Este, en el departamento de Alto Paraná, se reportaron varios días sin lluvias y la mayoría de los productores esperan que el clima mejore para sembrar.
LA NIÑA MODERADA EN LA MIRA
En el último boletín emitido por la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), mencionaron que el fenómeno de La Niña se presentó inicialmente débil, pero que ahora se aguarda una presencia moderada.
Eduardo Sierra, asesor agroclimático del gremio, refirió que se prevé un mes de septiembre reducido en disponibilidad pluviométrica, pero durante octubre y noviembre se recuperará la humedad.
Así también, destacó que durante diciembre y enero, si bien habrá lluvias, el estrés calórico será importante, por lo que se reducirá de manera importante los perfiles de humedad en el suelo, hecho negativo para el desarrollo de los cultivos que en ese tiempo entrarían en su última etapa de maduración, antes de la cosecha.
Al finalizar este ciclo, en el mes de marzo se prevé una leve recuperación del promedio de lluvias. Para lo que sería el otoño se esperan eventos de heladas; condiciones adversas tempranas, dificultando el ciclo de producción de los cultivos de entrezafra.