La agricultura, la ganadería y las construcciones lograrán revertir los magros resultados que obtuvieron en los dos últimos años, mediante un vigoroso crecimiento en el 2020 que será inclusive mejor de lo que se esperaba meses atrás. Esta perspectiva favorable, que suaviza en cierta medida los efectos de la pandemia de COVID-19 en los demás sectores, genera una mirada de mayor optimismo hacia rubros como las inversiones.
El Banco Central del Paraguay (BCP) elevó a 8% la proyección de expansión del producto interno bruto (PIB) del sector primario – agricultura y ganadería – para el corriente año, a partir del 6,4% que se manejaba en abril pasado. En cuanto a las construcciones, las estimaciones también mejoraron desde la nula variación manejada previamente hasta un actual pronóstico de crecimiento de 3,5%.
En consecuencia, las perspectivas para las inversiones (Formación Bruta de Capital Fijo – FBKF) se revirtieron desde la caída de -3,5% que se estimaba en el anterior Informe de Política Monetaria (IPOM), al incremento de 1,5% previsto en la entrega actual.
La banca matriz explica que este cambio se sustenta en la “buena dinámica que presentan los indicadores de la construcción, así como la importación de maquinarias y equipos, especialmente aquellos a ser utilizados en rubros de la construcción, agropecuario y sanitario”.
La proyección de variación del PIB de importaciones para el 2020 también se corrigió, con una leve alza, a -5,1% desde el -5,7 anterior. El otro componente de comercio exterior, las exportaciones, no tuvo la misma suerte y su estimación de contracción se profundizó a un nivel de -4,5%, desde el -1,5% anterior.
El BCP explica que el ajuste aplicado a las ventas de productos paraguayos en el extranjero se relaciona principalmente con los problemas por los que atraviesa el comercio fronterizo o de reexportación, en coincidencia con las medidas de cierre de fronteras y las brechas cambiarias.
Al 22 de julio, el guaraní experimentó una depreciación de 14,5% frente al dólar en el cálculo interanual (comparado con mismo momento del 2019) y una devaluación de 6,6% en el acumulado desde enero. En el caso de Brasil, estas variaciones se encuentran en 39,1% y 30,5%, respectivamente, según cálculos del BCP.
Esto demuestra las dificultades con las que seguirán topándose los negocios de frontera una vez que se reabran los pasos entre países y se vuelva a recibir a los compradores foráneos, ya que los productos en Brasil se abaratarán más que en Paraguay, debido al mencionado comportamiento de sus monedas.
Menos consumo. El cese de actividades de varias empresas que fueron afectadas por la pandemia resultó en la pérdida de empleos y un consecuente menor ingreso de dinero a las familias. Esta situación desemboca en una caída del consumo privado estimada en -7% para el cierre del 2020, con una intensidad también más pronunciada que la variación de -6,6% que el Central manejaba en las proyecciones de abril.
El consumo público también retrocedió en el ritmo de expansión que se esperaba que alcance en el presente ejercicio anual, con un recorte de 10% a 5% desde el anterior IPOM. Esta corrección se debe a que el Gobierno realizará menos compras de lo previsto, principalmente en el área de insumos y equipos médicos, explicó César Rojas, jefe de Análisis del Sector Real del BCP, en la conferencia de prensa virtual brindada este martes.
Así, el BCP confirma la percepción del mercado de que se agudizan los efectos económicos de la pandemia en Paraguay, lo que llevó a corregir la proyección oficial de caída del PIB de -2,5% a -3,5%. No obstante, el ente emisor considera que las medidas paliativas dispuestas por las autoridades del Gobierno probablemente evitaron un mayor desplome de la actividad económica.
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Mala racha. Antes del estallido de la emergencia sanitaria, se observaba al 2020 como el año en que la economía paraguaya lograría recuperarse del estancamiento que sufrió en el 2019, mediante un crecimiento de 4,1% y en aprovechamiento de todo su potencial.
El año pasado, las condiciones climáticas adversas y otros factores exógenos generaron una variación de 0% del PIB, con una retracción de -4,9% de la agricultura, una casi nula expansión (0,1%) de la ganadería y un crecimiento de 1,1% de las construcciones. Ya el 2018 había sido un año de no muy buenos resultados para estos sectores, pues las variaciones de ese entonces habían sido de 2,2%; -1,9% y 0,3%, respectivamente.
