Según Bloomberg, Wall Street comenzó septiembre con pérdidas, con los principales índices sumándose a la caída de los bonos ante fuertes ventas de deuda corporativa y crecientes preocupaciones presupuestarias en economías avanzadas. El dólar se fortaleció y el oro alcanzó un máximo histórico.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años se acercaron al 5%, presionando a las acciones tecnológicas, cuyos múltiplos se habían ampliado durante el repunte desde los mínimos de abril. Aunque el S&P 500 logró recortar algunas pérdidas al cierre, casi 400 de sus componentes registraron caídas, con Nvidia Corp. sufriendo su retroceso más prolongado desde marzo.
La atención de los inversores también se centró en la deuda global a largo plazo, tras años de emisiones que incrementaron los déficits. En el Reino Unido, el rendimiento de los bonos a largo plazo alcanzó niveles no vistos desde 1998, mientras la libra se desplomó y aumentaba la presión sobre el primer ministro Keir Starmer para gestionar el presupuesto.
Entre los principales índices, el S&P 500 cayó un 0,7%, el Nasdaq 100 perdió un 0,8%, el Dow Jones Industrial Average retrocedió 0,5% y el índice mundial MSCI cayó 0,9%.
En el mercado de bonos, los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años avanzaron cuatro puntos básicos hasta 4,27%, mientras que los alemanes a 10 años subieron a 2,79% (+4 pb) y los británicos a 10 años alcanzaron 4,80% (+5 pb). Los bonos del Tesoro a 2 años aumentaron dos puntos básicos hasta 3,64%.
El inicio del mes refleja la combinación de preocupación por los déficits fiscales, presiones sobre los rendimientos globales y un aumento de la volatilidad en los mercados de renta variable y deuda, generando cautela entre los inversores.