La Habana, 7 may (EFE).- Cadenas hoteleras de América, Europa y Asia siguen apostando por Cuba y, lejos de retirarse, se expanden «confiadas» en la recuperación de este destino turístico a pesar de la grave crisis económica que sufre la isla.
«Nuestra apuesta sigue siendo desarrollar el turismo en Cuba a pesar las dificultades puntuales», declaró a EFE el gerente del complejo Varadero Beach de la compañía española Barceló, que opera tres instalaciones en el país caribeño.
Desde su stand en la Feria Internacional de Turismo (FitCuba), celebrada esta semana en La Habana, el representante de Barceló señaló que una muestra de la “confianza en Cuba” es el incremento de la cantidad de visitantes, aún cuando “no llega al nivel de 2019”, cuando la cifra se acercó a los 5 millones.
El ministro cubano de Turismo, Juan Carlos García Granda, anunció en la feria que la isla había alcanzado el millón de turistas en lo que va de año. La cifra supone un incremento con respecto a 2022, pero ni se van a recuperar los niveles prepandemia ni resultará fácil lograr el objetivo gubernamental de 3,5 millones de visitantes en el conjunto del ejercicio.
La situación en el país no es fácil. Los apagones son frecuentes, hay escasez de alimentos, medicinas y combustible, la espiral inflacionista ha disparado los precios y muchas carreteras e infraestructuras públicas se encuentran en mal estado.
Eso incide negativamente en un sector vital, el segundo rubro del producto interno bruto (PIB) y la tercera fuente de divisas, de la oferta en los bufés de los resorts con todo incluido a la disponibilidad de combustible para los vehículos de alquiler, pasando por la atención y ciertos servicios en infraestructuras turísticas.
Sin embargo, ese panorama no frena el proyecto de expansión de la cadena hotelera canadiense Blue Diamond Resort, que lleva 12 años en Cuba y es una de las de mayor presencia, con 28 hoteles y cerca de 11.000 habitaciones.
“Estamos creciendo hacia el oriente: Santiago de Cuba, Camagüey, Holguín y buscamos combinar ese circuito con Trinidad (centro), La Habana, Varadero (oeste) y otros polos turísticos», adelantó a EFE el director comercial de la empresa, Rafael Villanueva.
“Tenemos mucho optimismo, vemos posibilidades y estamos esperanzados de que conseguiremos los resultados que nos marcamos”, añadió el empresario español, que también participó en FitCuba.
El representante de Blue Diamond Resort insistió en que “hay que confiar en el destino Cuba por sus potencialidades en el turismo; sobre todo la sonrisa enorme en cualquier lugar al que vas y la fortaleza que dan ganas de regresar”.
IBEROSTAR Y MELIÁ SE CONSOLIDAN
Cuba cerró sus fronteras en 2020 para frenar los contagios de la covid-19, disminuyendo así la entrada de turismo internacional y de las divisas que aporta este sector.
La recuperación en 2022 fue lenta, mientras que en otros destinos de sol y playa del Caribe como Cancún (México) y Punta Cana (República Dominicana) el repunte ha sido de casi el doble, según expertos consultados por EFE.
Para la división cubana de Iberostar ello representó una “descomercialización en comparación con México, que nunca cerró fronteras, o con República Dominicana, que las abrió muy rápido”, explicó a EFE el director de Marketing de esa cadena española, Alexei Torres.
“Ha costado trabajo, pero se sigue apostando por Cuba”, afirmó Torres, quien consideró que el “valor principal de este destino es su gente, los estándares de calidad y la resiliencia del pueblo”.
Iberostar, con 18 hoteles en el país, abrió un nuevo destino en Cayo Cruz (oriente) y amplía el Hotel Gran Trinidad (centro), con 40 habitaciones, como parte de la “diversificación”.
“La intención es diversificar no solo el segmento tradicional de sol y playa, sino también el convencional. Cuba es sede de grandes eventos y queremos también que esos eventos sesionen en nuestras salas de convenciones”, agregó.
Otra de las compañías con gran presencia es la española Meliá, que acaba de anunciar que desarrollará cuatro 4 proyectos en Cuba, que se suman a sus actuales 33 instalaciones con 13.916 habitaciones.
La cadena abandonó con la pandemia la gestión de tres hoteles en Cuba alegando “escasas oportunidades comerciales”, pero ahora amplía su presencia en La Habana y en Holguín (centro).
SINGAPUR SE INSERTA
La empresa singapurí Banyan Tree Hotels Resorts también está extendiéndose por Cuba, afirmó a EFE Debbie Gómez, la directora comercial de la marca Dhawa de esta cadena, que lleva cinco años operando en la cayería norte de Villa Clara (centro).
“(La crisis) ha sido un reto para nosotros, pero nos hemos sabido manejar porque tenemos fe en Cuba”, asegura esta empresaria dominicana, que considera que “el pasajero que viene a Cuba busca conocer lo que realmente es el país y conoce de las carencias”. Para Gómez, “el mayor atractivo de Cuba es su gente”.
“El mercado cubano me recuerda mucho a mi Patria (República Dominicana) porque la gente marca una diferencia inmensa en lo que se hace”, añadió Gómez, quien adelantó que el grupo “tiene en proyección tres hoteles más en Varadero y otro en La Habana”.
Cuba tiene actualmente 81.000 habitaciones operadas entre 24 empresas mixtas y 18 gerencias extranjeras, según datos oficiales. La mayor parte las administra la empresa estatal Gaviota, perteneciente al conglomerado empresarial GAESA de las Fuerzas Armadas.