Lima, 9 may (EFE).- Repsol destacó este martes que el agua del mar de todas las playas afectadas por el derrame de petróleo ocurrido en el norte de Lima en enero de 2022 cumple con los estándares de calidad ambiental, luego de que el ente fiscalizador peruano alertara de que cinco playas siguen contaminadas.
La compañía aseguró, en un comunicado, que la nota de prensa divulgada hoy por el Ministerio del Ambiente (Minam) «no solo confunde, sino omite las conclusiones positivas» del último informe del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) respecto al agua del mar.
En esa nota, el Minam había alertado de que los resultados del monitoreo realizado entre marzo y abril de este año por el OEFA revelaron que en 5 de las 25 playas afectadas por el vertido de crudo «persisten restos de petróleo».
«Dichas evaluaciones ambientales se efectuaron en 25 puntos de muestreo de agua de mar y 46 puntos de muestreo de sedimento (arena de playa), confirmando la presencia de hidrocarburos exclusivamente en la arena de las playas», precisó la cartera.
No obstante, según Repsol, el último informe del OEFA publicado el 5 de mayo «indica que las aguas de mar de las 25 playas monitoreadas cumplen con los estándares de calidad ambiental» y, por ello, la empresa expresó «su extrañeza por la renuencia de las autoridades a ratificar la condición saludable de la zona».
De hecho, el informe del ente fiscalizador, al que tuvo acceso EFE, concluye que en los 25 puntos de muestreo de agua de mar superficial de la zona marino costera «no se superan los estándares de calidad ambiental».
El documento menciona, sin embargo, que sí se encontraron concentraciones de hidrocarburos policíclicos aromáticos en la formación costera de las playas Costa Azul 1 y San Francisco Grande, en los distritos de Ventanilla y Ancón, respectivamente, así como concentración de hidrocarburos totales de petróleo en la zona marino costera de la playa Casino Náutico, también en Ancón.
El derrame de petróleo ocurrió el 15 de enero de 2022, cuando el buque petrolero italiano Mare Doricum descargaba el hidrocarburo de la terminal 2 de la refinería La Pampilla, que opera Repsol en el municipio de Ventanilla, ubicado a unos 20 kilómetros al norte de Lima.
A raíz de esta fuga, que Naciones Unidas calificó como «el peor desastre ecológico en la historia del país», el litoral peruano recibió el vertido de unos 10.396 barriles de crudo, según datos de Repsol, mientras que las autoridades peruanas aseguran que fueron 11.900 barriles.
La compañía reportó a las autoridades peruanas, en abril del año pasado, el fin de las acciones de limpieza en 28 playas que, aseguró, fueron «declaradas limpias y listas para el monitoreo respectivo y en espera de la conformidad por parte de la autoridad».