Buenos Aires, 25 may (EFE).- La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, reclamó este jueves «unidad nacional» para «dejar a un lado» el programa acordado entre el Gobierno de su país y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por considerar que, en los términos actuales, «va a ser imposible pagarlo».
«Si nosotros no logramos que ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permitan elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan», manifestó la también exmandataria (2007-2015) ante miles de personas congregadas en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
La vicepresidenta fue la principal oradora de un acto celebrado con motivo del vigésimo aniversario de la asunción presidencial de su esposo, el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), al que también asistieron el ministro de Economía, Sergio Massa, y los principales referentes del «núcleo duro» del kirchnerismo.
Durante su intervención, la expresidenta aseguró que el crédito otorgado por el organismo multilateral al Ejecutivo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) en 2018 fue «un préstamo político» y, por lo tanto, debe ser redefinido mediante la «política».
«Se creen que lo van a poder pagar únicamente con ‘commodities’ y no, olvídense, porque los ‘commodities’ los terminan también regulando los flujos financieros y siempre te acomodan para que sigas debiendo. Es imprescindible unidad nacional frente a eso. Fue un préstamo político y política tiene que ser también la solución», subrayó.
En marzo de 2022, el Gobierno de Alberto Fernández firmó con el FMI un acuerdo para refinanciar préstamos por unos 45.000 millones de dólares, mediante un programa de facilidades extendidas que incluye metas en materia de disciplina fiscal, acumulación de reservas monetarias y límites a la emisión monetaria.
Hasta el momento se han realizado cuatro revisiones trimestrales del acuerdo y el país atraviesa severos desequilibrios fiscales, agudizados por una sequía que golpea a su sector agropecuario y que ha elevado las dificultades para cumplir con esas metas.
De hecho, ambas partes están discutiendo actualmente los términos del acuerdo, a través de unas conversaciones que el FMI ha calificado de «constructivas».