Ciudad de México, 26 jul (EFE).- La empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) achacó a un fenómeno natural el derrame de hidrocarburos reportado por medios de comunicación, organizaciones ambientales y académicos, que denunciaron que se extendía por 467 kilómetros cuadrados en uno de sus campos petroleros del Golfo de México, el Ek Balam, en litoral del estado de Campeche (sureste).
En una conferencia de prensa celebrada este miércoles, el director general de Pemex, Octavio Romero, aseguró que las imágenes publicadas en las que se observa una gran mancha oscura en el mar se tratan realmente de «chapapoteras» -emisiones naturales de petróleo- del campo de Cantarell.
«No es petróleo crudo pesado, es ligero. Lo que se observa son láminas muy pequeñas y delgadas de aceite, no es chapapote, son láminas que esta sobre la superficie», expuso Romero, quien negó que las imágenes correspondieran a la fuga registrada en Ek Balam, muy cercano a Cantarell.
Las explotaciones del Golfo de México, agregó, están clasificadas como un área con alto potencial de emisiones por el fenómeno de las «chapapoteras», que de acuerdo con el Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos representan a nivel mundial el 46 % anual de la aportación de hidrocarburos al océano.
En línea con lo expresado en un comunicado de Pemex la pasada semana, el director de la empresa admitió que el pasado 3 de julio registraron una pequeña fuga a través de un orificio de 7 centímetros de largo y 1 milímetro de ancho.
«La realidad es que el área erosionada del ducto, de acuerdo con los cálculos de los especialistas de Pemex, y considerando que estuviese operando a plenitud, solo se podrían haber derramado un volumen máximo de 1.368 barriles, a razón de 76 barriles diarios (durante 18 días)», dijo.
«En el extremo mayor de que se hubiesen derramado los 7.800 barriles diarios durante 18 días, ni con mucho nos acercaríamos a los que dice Reforma, 3 millones de barriles», ahondó, señalando al periódico que reportó inicialmente el suceso y que recibe constantes señalamientos por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador por su presunta línea conservadora.
No obstante, el derrame también ha sido denunciado por organizaciones ambientales como Greenpeace y expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes alertaron de un derrame de 467 kilómetros cuadrados que eventualmente recalaría en las costas de los estados mexicanos de Veracruz, Tamaulipas o en Estados Unidos.
«Este tipo de imágenes detectan, en esencia, la textura de los objetos y es posible discriminar en la superficie marina, por la diferencia de densidades y el patrón de oleaje, a la mancha de hidrocarburos del resto del océano», explicó Gabriela Gómez Rodríguez, académica del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.
La fuga comenzó el 3 de julio, pero cuatro días después ocurrió un incendio en otra plataforma petrolera cercana, la Nochoch-A, en la que murieron dos trabajadores y otro desapareció y, según Romero, todavía sigue en paradero desconocido.