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22 de noviembre de 2024

El negacionismo climático muta en redes con teorías conspirativas y ataques a activistas

Ares Biescas y Jorge Ocaña

Bogotá/Madrid, 29 nov (EFE).- Las teorías de la conspiración son el armazón narrativo con el que se pretende entorpecer la implantación de políticas medioambientales y atacar a expertos y activistas, una evolución del negacionismo climático que trata de hacer frente al amplio consenso científico sobre el calentamiento global.

Así lo constatan estudios y expertos consultados por EFE con motivo de la vigésima octava Conferencia de Naciones Unidas para el Clima (COP 28) que se celebra en Dubái desde el 30 de noviembre.

La proliferación de narrativas falsas sobre el cambio climático ha puesto en alerta a diversas organizaciones que advierten de una tendencia al alza en la difusión de este tipo contenidos a las puertas de que tenga lugar la cumbre.

Conspiraciones climáticas

Ya el año pasado, en la COP 27, las teorías de conspiración «eclipsaron la popularidad y el alcance de cualquier narrativa», según expone un informe de Acción Climática en contra de la Desinformación (CAAD, por sus siglas en inglés), una alianza de 50 organizaciones para combatir este tipo de falsedades.

Asimismo, un estudio de la Universidad Carnegie Mellon, de EE. UU., también encontró, con un análisis de 38.000 tuits, que los negacionistas del cambio climático comparten «abrumadoramente» publicaciones relacionadas con teorías conspirativas.

Con una búsqueda de etiquetas como #ClimateChange o #ActOnClimate, comprobaron que las teorías más populares fueron sobre la geoingeniería y las estelas químicas o «chemtrails».

Por su parte, Edder Díaz Martínez, portavoz de la organización ecologista estadounidense GreenLatinos, explica a EFE que muchas de las cuentas que promovían teorías de la conspiración sobre la vacuna de la covid-19 emigraron al negacionismo climático.

Las investigaciones de GreenLatinos sobre la desinformación contra las energías renovables en las comunidades hispanohablantes de Estados Unidos muestran que la mayoría de cuentas que esparcieron este tipo de falsedades en los primeros seis meses de 2023 estaban radicadas en España y eran «mayoritariamente de tendencia derechista».

Contra ecologistas y científicos

El abrumador consenso científico que existe en torno a la existencia del cambio climático y sus consecuencias hace inevitable que los negacionistas terminen refugiándose en las teorías de la conspiración, considera John Cook, investigador de desinformación medioambiental en la Universidad de Monash (Australia).

“Una vez que empiezas a adentrarte en la madriguera del pensamiento conspirativo adoptas esa mentalidad de desconfianza hacia los datos y las instituciones científicos”, agrega.

A ello se suma, según Cook, un cambio de paradigma en el negacionismo. Si durante años las falsedades se centraron en negar la existencia del cambio climático o su relación con la actividad humana, parte de ese argumentario ha virado hacia el boicoteo de posibles soluciones, como las energías renovables.

“El objetivo de la desinformación climática es, en última instancia, retrasar la acción climática”, argumenta Cook antes de señalar que esa estrategia pasa por desacreditar y reducir la confianza en la ciencia, así como criticar a científicos y activistas medioambientales.

De este modo, las teorías de la conspiración confluyen con una creciente persecución de estas personalidades, con desinformación que intenta desacreditar su trabajo.

Un análisis realizado por el equipo de Cook halló que el 40 % de las publicaciones en inglés con falsedades sobre el clima que circulaban en X (anteriormente Twitter) el año pasado eran ataques contra científicos climáticos o ecologistas.

EFE Verifica desmintió este noviembre un montaje de vídeo creado con inteligencia artificial de la activista Greta Thunberg en el que se le atribuían falsamente unas declaraciones en favor de tener guerras más sostenibles.

“Esta narrativa, en mi opinión, trata de describirlos (a los activistas) como estúpidos, debilitando indirectamente el apoyo a ellos”, explica Enzo Panizio, analista del Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO), que estudia el fenómeno de la desinformación.

Erosionar la confianza en las instituciones

Esta institución, que aglutina a 26 miembros de una red que se extiende a países de la Unión Europea y Noruega y de la que forma parte EFE Verifica, constató que volvió a producirse un aumento de la desinformación medioambiental cuando se produjeron anomalías meteorológicas extremas, una tendencia que ya se observó el año pasado.

Así, la sequía que golpeó a España principalmente en la primera mitad de este año y las inundaciones que afectaron a Italia en abril fueron objeto de enormes cantidades de falsedades, explica Panizio.

A pesar de ser fenómenos opuestos, ambos sucesos se relacionaron falsamente con la teoría conspirativa de los “chemtrails”, señala este periodista.

En el caso de Italia, se afirmaba que estas supuestas manipulaciones del clima con químicos agravaban los efectos de las lluvias abundantes, mientras que en España los mensajes negacionistas decían que impedían las precipitaciones, una narrativa que EFE Verifica ha detectado y desmentido en diversas ocasiones.

Por otro lado, el mayor pico de desinformación climática que observó el EDMO se dio en agosto, cuando se registraron temperaturas récords en gran parte de Europa y se sucedieron importantes incendios en distintos países del mundo.

Sobre esto último, Panizio explica que en Europa se difundieron narrativas que acusaban falsamente a grupos de inmigrantes de haber provocado los fuegos, mientras que el incendio de Maui (Hawái) fue objeto de una teoría de la conspiración que afirmaba que fue causado por un rayo láser.

Otras narrativas falsas se han centrado en medidas y leyes de lucha contra el cambio climático con el objetivo de «sembrar la desconfianza contra las instituciones tanto europeas como mundiales», asegura.

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